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106 JE SU S GARCIA ma le ha introyectado la cultura de masas, lo peor del sistema ( ...) ; la conciencia crítica del intelectual orgánico, de los grupos críticos ( ...) es indispensable para que un pueblo cobre dicha conciencia crítica (...). La filosofía tiene en este campo mucho que hacer» 86. Se trata — como dice Paulo Freire— de captar y padecer la situa ción de los oprimidos y concientizarles — hacerles ver críticamente la realidad— a ellos mismos. Esto exige enseñar aprendiendo; y por lo tanto, permitiendo que el pueblo se exprese tal cual es 87. «E l proyecto ( ...) de liberación pedagógica ( ...) afirmalo que el pueblo tiene de exterioridad, de valores propios. El proyecto pedagó gico de liberación no lo formulan los maestros; está ya en la conciencia del pueblo» 88. La tarea del intelectual orgánico, que se encuentra con su pueblo y se pone a su lado para luchar, exige discreción, sabiduría y respeto. «Sólo del discipulado paciente y entusiasta del propio maestro podrá emerger el juicio adecuado de la realidad en que se encuentra el pue blo» 89. El maestro — al contrario que en el proyecto pedagógico de domi nación— debe escuchar atentamente al pueblo, para captar sus expre siones genuinas. Intelectual orgánico y pueblo, juntos, deben separar la paja del grano, lo introyectado de lo alterativo y original. El maestro crítico colabora en el proceso, en primer lugar, advirtiendo sobre lo que el sistema le ha introyectado — al pue blo— . Esta introyección es negación de la exterioridad del dis cípulo, y sin embargo es también un disvalor que no debe sim plemente aniquilar sino asumir ( ...) . De esta forma conocerá el sistema, podrá expropiarle lo que crea conveniente, no tendrá que volver a 'inventar la pólvora’. Sólo alguien que conozca muy bien el sistema (. . . ) puede ejercer este discernimiento teórico* práctico, esta hermenéutica existencial del sistem a90. 86. Id., Filosofía de la Liberación, 116. 87. Para profundizar este punto vcase P. F reire , Pedagogía del Oprimido, 2.m ed. Montevideo 1971. 88. E. D u sse l , Filosofía de la Liberación, 117. 89. Ibid. 90. Id., Filosofía Etica Latinoamericana III, 194.
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