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98 JESUS GARCIA En realidad «al llevarse muchos más dólares de los que traen, las empresas contribuyen a agudizar la crónica hambre de divisas de la región (...)• Entra en escena, entonces, el mecanismo del empréstito. Los organismos internacionales de crédito desempeñan una función muy importante (...) en la consolidación de las estructuras neocoloniales» 60. Como anécdota ilustradora de la garra imperialista que se esconde tras la doctrina del desarrollismo tenemos, «en octubre del 69, las explosivas declaraciones del presidente del Comité Interamericano de Alianza para el Progreso, Carlos Sanz de Santamaría, quien expresó en Nueva York que la ayuda había resultado un muy buen negocio para la economía de los Estados Unidos, así como para la tesorería de ese ✓ 61 país» . Como se puede apreciar, el desarrollismo es una sutil arma del im­ perialismo norteamericano. Repito: junto con nuestras riquezas se lleva nuestra cultura y nos impone la suya como modelo a imitar. 4.3.2. Cultura universal Como consecuencia lógica de la doctrina del desarrollismo resurge la pretensión de universalizar la cultura de los países desarrollados —léase centros de dominación: Estados Unidos y Europa— ; ésta sería el modelo para todos los países que no han alcanzado aún el suficiente grado de desarrollo —léase periferia geopolítica— . La cultura universal no es más que la cultura de la Coca-Cola y de los 'espejitos’ que se compran en Miami —ya no los traen los espa­ ñoles— . La cultura universal no es más que la cultura imperial, disfrazada, que nos invade por los mass media. Entendemos por cultura imperial o del centro la que domina en el orden vigente. Es la refinada cultura de las élites europeas, norteamericanas o rusas. Esta es la cultura con la que se pre­ tende medir a todo otro grado de cultura (...) tiene además los medios colectivos de comunicación entre sus manos (...). Esta cultura se refracta a medias en la cultura ilustrada, en las naciones dependientes de la periferia, en sus grupos domi­ nantes, que es la que admira y repite obnubilada y como fasci- 60. E. G a le a n o , o . c ., 354-355. 61. Ibid., 356-357.

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