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96 JESUS GARCIA los esfuerzos populares fueron frustrados. Pero el reto sigue en pie y el pueblo no se rinde. 4.2.2. Cultura Nacional Dentro del contexto antes visto surge el concepto de cultura popu­ lar como expresión de lo nacional —exterioridad geo-política frente al 'centro’ de dominación— . Pero no debemos confundir cultura popu­ lar con cultura nacional, como no reducimos la categoría pueblo a nación. «La cultura nacional es equívoca porque incluye la cultura ilustrada, la de masas y la auténtica cultura popular. De todas formas, coyuntu- ralmente, la afirmación de la cultura nacional es una posición libera­ dora ante la cultura imperial y un primer paso necesario en el camino de la revolución cultural de la periferia» 54. El nacionalismo capitalista asume la cultura popular como parte de un proyecto hegemónico, ocultando las dominaciones internas en cada país, por eso el término —igualado a cultura nacional— se con­ vierte en un disfraz de una realidad más compleja. Siempre que se hable de cultura nacional —o latinoamericana— en un sentido unilateral y globalizante, como si fuera una la cultura existente en el Continente o en la nación, podemos asegurar que se trata de un proyecto populista que, al no denunciar la dominación interna, favorece a las clases dominantes. Debemos distinguir entonces entre cultura nacional y cultura popular. No olvidemos los versos que canta un so l o p u e b l o : «la cultura popular tiene amigos a montones, pero en ella se 'colean’ los zorros y camaleones». No siempre que se habla de cultura popular se hace con sincera identificación con el pueblo —exterioridad geopolítica y so­ cial— ; los mismos que apoyan a artistas populares y coleccionan arte­ sanía indígena o campesina pueden oprimir al pueblo... ¡Y aquí no ha pasado nada! No pasemos por alto que el populismo es expresión —aunque sea la mejorcita— del capitalismo. 54. E. D u ssel , Filosofía de la Liberación, 116.

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