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APORTACION CIENTIFICA DE LOS CAPUCHINOS. 35 «Este libro, que, a no dudar, es seguramente la más importante publicación que acerca de lenguas indígenas de la República de Vene­ zuela hasta la fecha se haya publicado, llena una de las más ostensi­ bles lagunas que hasta hace poco se podía comprobar en la lingüística latinoamericana... El Olea suministra datos positivos no solamente acerca de la estructura fonética del idioma, sino que además de esto, registra en su obra un enorme acervo de datos muy útiles en cuanto a la estructura sintáctica y morfológica de dicha lengua aborigen». Cultivadores de las lenguas indígenas han sido los capuchinos Ca- rabantes. Tauste, Félix de Vegamián, Alvaro de Espinosa, Julio La- vandero, Antonio Vaquero, Adolfo Santos, Mariano Gutiérrez y otros muchos que iremos citando oportunamente. En el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, que durante muchos años recogió los hallazgos de los misioneros capuchinos en todos los campos de la lingüística, la antropología, la música y la cultura en general del indígena venezolano, el P. Baltasar de Matallana, misionero en el Caroní durante muchos años, publicó un largo estudio sobre el territorio de la Gran Sabana en el que se incluye un mapa- croquis de interés, ya que hasta entonces la zona era prácticamente desconocida: La Gran Sabana (Caracas, Boletín de la Sociedad Venezo­ lana de Ciencias Naturales 1937 (enero-agosto). Los misioneros del Alto Caroní compusieron para su uso personal y para el de cuantos se dedicaban a la evangelización de los indígenas del territorio un Catecismo de la doctrina cristiana en taurepán y en español (Caracas, Venezuela 1938). El mismo P. Baltasar de Matallana publica otro estudio con el título de La música indígena taurepán, tribu de la Gran Sabana (Cara­ cas, Venezuela 1938), que es el primer intento serio de recopilación de la música indígena. Antes de 1938 los Padres Baltasar de Matallana y Cesáreo de Ar- mellada hicieron una excursión por el Paragua, en busca de algunas tribus indígenas aisladas y sin mayor contacto con el resto de las tribus y de los venezolanos. Fruto de aquella interesante búsqueda fue su folleto Exploración del Paragua (Caracas, Boletín de la Sociedad Ve­ nezolana de Ciencias Naturales 1939), que tiene el mérito de hablarnos de unos personajes y rincones geográficos de los que se sabía muy poco con anterioridad. El P. Matallana publicaría otro libro que llegó a ser muy popular tanto en Venezuela como en España, titulado Luz en la selva (Madrid,

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