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APORTACION CIENTIFICA DE LOS CAPUCHINOS. 49 Turrado publicó algunos libros de etnografía sobre las tribus con las que trabajó, guaraunos y guajiros. En 1956 fueron consagrados dos nuevos obispos misioneros capu­ chinos, los Monseñores Miguel Aurrecoechea y Argimiro García, el primero para el Vicariato de Machiques y el segundo para el de Tucu- pita, territorio que se separaba jurídicamente así del Vicariato del Ca- roní. Mons. Argimiro ha escrito algunos libros sobre las costumbres de los guaraunos, así como sobre su literatura y su música. Y Mons. Aurrecoechea es apreciado por todo el episcopado nacional como hom­ bre de una profunda vida espiritual y un gran conocimiento de las almas. El último obispo capuchino consagrado para suceder a Mons. Cons­ tantino Gómez Villa, fue Mons. Mariano Gutiérrez Salazar, de quien hemos hablado al reseñar algunas de sus publicaciones sobre la lengua y la idiosincrasia de los indios pemones. A lo largo de estos últimos cincuenta años son muchos los misio­ neros capuchinos condecorados por le Gobierno Nacional de Venezuela con medallas de distinta significación y clase, como reconocimiento a su labor misionera y científica entre los aborígenes del país. Recorda­ mos, entre otros, a los Padres Inocencio de la Antigua, Maximino de Castrillo, Luis Cubillas, Basilio de Barral, Diego de Valdearenas, Caye­ tano de Carrocera y casi todos los obispos. El Padre Cayetano de Carrocera fue durante muchos años miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia, como lo son también los Padres Cesáreo de Armellada y Buenaventura de Carro­ cera. El P. Cayetano fue miembro, además, del Instituto de Historia de Pasto (Colombia), de «The Academy of American Franciscan His- tory» y otros muchos Institutos, nacionales e internacionales. Y el P. Cesáreo de Armellada, profesor y fundador de la Escuela y la Bi- bliteca de Estudios Indígenas de la UCAB, fue recibido como Individuo de Número de la Academia Nacional de la Lengua, siendo el primer no nacido en el país que lo logra. Fue también durante muchos años Director del Archivo Arquidiocesano de Caracas y Director de la Pon­ tificia Unión Misional del Clero. En los primeros años del posconcilio el P. Antonio Alonso funda la revista Nuevo Mundo y como una prolongación de la misma el Instituto Nacional de Pastoral que, durante muchos años, y en los locales de la residencia capuchina de La Florida, impartiría conferen­ cias y dictaría cursos de renovación a una gran parte de los religiosos 4

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