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48 MANUEL DIAZ ALVAREZ sobre La familia y su compromiso evangelizador (Caracas, Nuevo Mun­ do 1976). Como se puede observar por las referencias que hemos recogido, a pesar de no ser numerosos los capuchinos en Venezuela y de estar comprometidos en innumerables obras apostólicas, han sido capaces de desempeñar un papel importante en la difusión del mensaje cristiano a través de los medios de comunicación social. Personalidades ilustres La figura del capuchino siempre ha sido muy popular en Venezuela. Su barba, sus sandalias y su estameña son para los venezolanos la imagen clásica del misionero popular y entre indígenas. En el pasado (antes del año 1891) muchos religiosos se distinguie­ ron como fundadores de pueblos, que hoy son grandes ciudades, y también como profesores ilustres de academias y universidades. Desde su tercera llegada al país, en la fecha antes señalada, la presencia de los capuchinos en Venezuela se ha distinguido en el campo de la antropo­ logía, la historia y los medios de comunicación social. En la imposibilidad de citar a cuantos se han destacado a nivel nacional, aludiremos a los más conocidos. El P. Baltasar de Lodares, así como el P. Rionegro, ocupan un lugar importante a la hora de señalar a los historiadores de la primera época de estatercera etapa. Sus obras ya las conoce el lector. En 1924 era consagrado el primer obispo capuchino en Venezuela, Mons. Diego Alonso Nistal, quien trabajaría en las misiones con ahínco y heroísmo hasta su muerte, acaecida en 1938. A Mons. Nistal le sucedería Mons. Constantino Gómez Villa, hombre de grandes cuali­ dades humanas e intelectuales, puestas de relieve en todas sus activi­ dades y en medio de una simplicidad franciscana admirable. Como obis­ po misionero recorrió en muy distintas oportunidades casi todos los lugares del Vicariato a él confiado, y como teólogo y maestro de almas «su prestigio y su estilo han traspasado con mucho los límites de la Misión». Murió hace unos años, a una edad muy avanzada, después de haber renunciado a su cargo en 1968 por motivos de edad. En 1944 fue consagrado el primer obispo del Vicariato Apostólico de Machiques (Edo. Zulia), Mons. Angel Turrado. Había sido du­ rante más de quince años misionero en el Caroní y el Delta Amacuro. Murió en 1962, alejado, por motivos de salud, de su diócesis. Mons.

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