PS_NyG_1984v031n001p0029_0055

30 MANUEL DIAZ ALVAREZ en nuestros días, al hacer contacto pacífico los capuchinos con esta legendaria tribu. Y entre todos sobresale, por sus personales cualidades y las cir­ cunstancias históricas que le tocó vivir, el P. Francisco de Andújar, quien fuera maestro del libertador Simón Bolívar y cuya figura des­ carnada de capuchino clásico figura en un cuadro que el Banco Central ha reproducido en una de sus monedas de papel, entre Andrés Bello, el ilustre americano, y el jovencito Bolívar. Este sabio misionero acom­ pañó al explorador y científico alemán Alejandro Humboldt, en su ascen­ sión al Monte Avila. Montó en Caracas una academia de letras a la que acudían los hijos de las familias más ilustres. De él nos ha dicho el Dr. Adam: «El P. Andújar fue un estupendo servidor público como capellán o auxiliar del Hospicio de san Juan, como fundador de la Cátedra de Matemáticas en la ilustre universidad, y luego, como uno de los maestros de Bolívar. La patria le debe mucho, probablemente una buena parte de la educación moral del libertador, cuya voluntad supo granjearse desde el primer momento». El mismo Simón Bolívar recordaba al P. Andújar en una carta escrita a Mr. Mollien, el 20 de mayo de 1825, cuando le decía: «Por­ que no es cierto que mi educación fuese muy descuidada, puesto que mi madre y mis tutores hicieron cuanto era posible para que yo apren­ diese: me buscaron maestros de primer orden en mi país. Robinson, que usted conoce, fue mi maestro de primeras letras y de geografía nuestro famoso Bello, así como de gramática; se puso una academia de matemáticas sólo para mí por el P. Andújar, que estimó mucho el Barón de Humboldt». Antes aún que el P. Andújar sobresalió como misionero el P. Ca- rabantes, que moriría asesinado por tribus indígenas hostiles, y que como superior de los capuchinos en el país, recorrería prácticamente Venezuela, transmitiéndonos preciosos datos en sus cartas, no sólo sobre las actividades de los demás misioneros, sino también sobre la idiosincrasia, el hábitat y el entorno de los primeros habitantes de Venezuela. Antes de la independencia de Venezuela los capuchinos ocupaban la mayoría de los pueblos misionales del país, como podrá verse en el cuadro que reproducimos a continuación:

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz