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42 MANUEL DIAZ ALVAREZ (Salamanca, «Naturaleza y Gracia» 1981, 22 X 15, 426 pp., más otras 16 de ilustración gráfica). Otras publicaciones La vocación literaria de los capuchinos en Venezuela no sólo ha germinado entre quienes trabajan con los indígenas y entre culturas dife­ rentes por completo a las de sus antepasados. Ha sido también una constante en todos los que han trabajado durante casi un siglo en los más diversos lugares del país. Lo hemos visto ya en las publicaciones periódicas que han llevado adelante y lo constataremos de manera más evidente al hacer referencia a los libros, revistas y opúsculos publicados sobre las devociones popu­ lares, sobre teología y pastoral, sobre problemas juveniles y familiares. La literatura popular y devocional aparece en las tres primeras dé­ cadas del presente siglo. No hay que olvidar que los capuchinos asu­ mieron en Venezuela la tarea de la evangelización popular, mediante misiones, ejercicios espirituales y la atención a cofradías y grupos de oración y reflexión cristiana. El P. Florencia de Artavia publicó entre 1920 y 1930 tres libros de interés para el cultivo de la religiosidad popular. El primero de ellos se titulaba Método de hacer una hora de adoración delante del Santísimo Sacramento (Maracaibo, El Propio Esfuerzo 1923), que sirvió durante más de treinta años para casi todos los grupos de adoración existentes en Venezuela. El lo escribió fundamentalmente para la Ado­ ración Perpetua del convento de Maracaibo, que llegó a ser numerosa y entusiasta. También para los fieles que se acercaban al convento de la Plaza Baralt, en Maracaibo, conocido por todos los estratos sociales de la capital zuliana como centro de profunda irradiación cristiana, escribió el P. Artavia una Novena a nuestro Padre Jesú s Nazareno (Maracaibo, Panorama 1929), cuya imagen era y es muy venerada en aquella iglesia. Para formar a los miembros de la Tercera Orden Franciscana el mismo capuchino escribió una Vida de bolsillo o Compendio de lo s prodigios y milagros de San Francisco de A sís (Maracaibo, Ed. Ame­ ricana 1939). Gracias a la iniciativa de este religioso se publicó perió­ dicamente una revista en El Convento, titulada Rayos de luz . El P. Crisostomo de Bustamente, quien fue el primer superior re­ gular de la Misión del Caroní, escribió una biografía de la joven Lila

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