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HISTORIA CAPUCHINA EN VENEZUELA 19 De hecho a los tres meses de estar en la república estalla la «Revolu­ ción Legalista» comandada por el General Crespo. Esto sin embargo no afectó a los recién llegados capuchinos. Conscientes de que la restauración de las misiones no era cosa de días se dedican, mientras tanto, a abrir la casa central y realizar los apostolados tradicionales de la Orden, a la vez que gestionaban los acuerdos legales para cumplir su objetivo. Al comienzo la predicación popular se circunscribe a Caracas, después a los alrededores y en 1894 llegan hasta el extremo oriental del país: Margarita y Barcelona. El 12 de mayo de 1894 se firma la Resolución del Ejecutivo en virtud de la cual se declaran zonas misionales el Delta, el Caura y el Amazonas, así mismo se reglamenta el funcionamiento de las mismas zonas y se les confía a los capuchinos. Sin pérdida de tiempo, se orga­ niza una expedición de reconocimiento de la zona de Guayana a cargo del sacerdote Melchor de Escoriaza y el hermano no clérigo Rafael de Rafelbuñol. Esta expedición que duraría cinco meses se realiza en 1895. Quedó claro que de momento las dificultades para restaurar las misiones eran muy grandes. En 1898 se declara en Caracas y los Valles de Aragua una epidemia varicelosa y los capuchinos se prestan como enfermeros en los impro­ visados hospitales del Rincón del Valle y la Victoria. Esta labor les valdría el afianzamiento dentro de la realidad venezolana. Impresiona ver el interés que estos pioneros de la restauración de la Orden en Venezuela ponían en su formación. En la residencia anexa a la iglesia de las Mercedes, convertida en casa central, se crea una biblioteca que a comienzos del siglo xx tiene 4.000 volúmenes y se organiza un museo de ciencias naturales que después es regalado al museo nacional. Llama la atención el interés puesto en la sección «Ve­ nezuela» por el criterio emplado en la selección de las obras. Hay cons­ tancia de las adquisiciones que año tras año se fueron haciendo para ampliar el fondo de esta biblioteca central. Esta residencia de las Mercedes, construida en el solar donde estu­ viera el convento de los Padres Mercedarios destruido por el terremoto de 1812, ha sido verdadera casa madre: generaciones y generaciones de religiosos se hospedaron allí en el ir y venir de las Misiones. En 1898 da hospedaje provisional a los PP. Agustinos y en 1902 a los PP. Do­ minicos que regresaban a Venezuela después de su exilio en tiempos de la colonia.

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