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10 MANUEL GONZALEZ GARCIA "Marchad, carísimos, de dos en dos por las diversas partes de la tierra, anunciando a los hombre la paz y la penitencia para remisión de los pecados. Y permaneced pacientes en la tribulación, seguros, porque el Señor cumplirá su designio y su promesa. A los que os pregunten, responded con humildad; bendecid a los que os persigan; dad gracias a los que os injurien y calumnien, pues por esto se nos prepara un reino eterno” » (Vida primera 29. Cfr. también S an B u e n a v e n t u r a , Leyenda mayor 3, 7; Leyenda de los tres compañeros 36-37; Flore- cillas de San Francisco y de su s compañeros 13). Y está de acuerdo con esta misión la confesión que hicieron los cinco protomártires franciscanos cuando, interrogados sobre quiénes eran, respondieron: «Somos discípulos de nuestro hermano Francisco, que ha encarga­ do a sus frailes ir por el mundo a predicar a los cristianos, sarracenos y judíos» (K. Es s e r , La orden franciscana. Origen e ideales, Aránzazu 1976, 300). Todas estas características de una vocación justificada por la tradi­ ción franciscana aflora en las colaboraciones que componen este número. Los aspectos más externos, las fechas, la creación de centros, la evolución histórica es presentada por Adrián Setién en Historia capu­ china en Venezuela. Se trata de un brevísimo compendio histórico que abarca desde la época colonial hasta el momento presente. A este mis­ mo autor pertenecen también los mapas que ilustran la presencia de los capuchinos en Venezuela, tal como se encuentra en el año 1983. A. Setién ha participado activamente en fortalecer la presencia capuchi­ na en Venezuela, pues durante varios años ha sido director del Cole­ gio de Santa María de Guana (Zulia-Venezuela) y actualmente es direc­ tor de la revista Venezuela Misionera. Es también profesor de Litur­ gia en Caracas. Manuel Díaz Alvarez es un conocido publicista en Venezuela. Com­ pletó sus estudios en el Instituto del CELAM de Medellín. Fue direc­ tor de la revista Nuevo Mundo y es asiduo colaborador de revistas de divulgación científica, así como de otros medios de comunicación (co­ mo la TV). Por todo ello, no es extraño que su colaboración presente el rico panorama de la Aportación científica de los capuchinos en V e­ nezuela. En los muchos datos bibliográficos que ha recogido resplan­ dece no solamente la preocupación misional, sino también la científica, etnográfica, geográfica, etc.

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