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442 JUAN JOSE HERNANDEZ ALONSO Parted from the King, he said to the King, My Lord, he said, I leave you as a man Whom in this life I shall not see again. I have this, I assure you, on the highest authority; There are several opinions as to what he meant, But no one considers it a happy prognostic8. Más aun: dos de los cuatro tentadores presentan al arzobispo la tentación del poder político. ¿A qué aludís, pregunta Becket al segun­ do tentador, que es quien propiamente formula la tentación política? The Chancellorship that you resigned When you were made Archbishop — that was a mistake On your part — still may be regained. Think, my Lord, Power obtained grows to glory, Life lasting, a permanent possession. A templed tomb, monument of marble. Rule over men reckon no madness 9. Y hasta el cuarto caballero, casi al final del drama, al razonar a la audiencia que el asesinato del arzobispo no es, por su parte, más que un acto desinteresado de servicio a la nación, tipifica una situación en la que se presenta y se satiriza la conveniencia política. En definitiva, queremos indicar que, si bien el conflicto entre la Iglesia y el Estado forman parte de la potencialidad dramática de Mur­ der in the Cathedral, éste es un tema subordinado al martirio —que es el fundamental— y bajo esta perspectiva ha de interpretarse. Las rela­ ciones entre ambas entidades tampoco se establecen con precisión. So­ lamente se dibuja una concepción de Iglesia que, en conformidad con la actitud del mártir, y más bajo la caracterización del coro de mujeres que de la de los sacerdotes, encuentra su identidad no en el poder o el dominio humanos, sino en la debilidad y en el sufrimiento; una Iglesia, en suma, bajo el signo de la humildad, bajo la fuerza siempre interpelante de Dios. 8. O. c., 16. 9. O. cm, 27-8.

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