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422 CELINA ANA LERTORA MENDOZA idem: quia scientia humana limitata est et coarctata, et in ipsa non sunt infinita exemplaria, ergo per locum ab oppositis cum scientia primi sit non limitata nec coartata, in ipsa erunt infinita exemplaria. Contra: ad quecunque se extendít sua potentia, ad eadem se extendit sua scientia; et non ad plura, quia unum et idem sunt; set sua potentia non se extendit nisi ad infinita, quia est agens ordinans; ordo autem repugnat infiniti, er­ go nec sua scientia extendit se nisi ad infinita, set scit per exempla, ergo exempla6 erunt infinita. Ad idem: scientia primi est suiipsius, et om- nium rerum que sunt in mundo genere, specie, vel numero differentium; set omnia hujusmodi sunt finita, et etiam ordinata, finita quia infinitum actu nichil est, ut scribitur in Physicis; ordinata quia ipsum supra om­ nia sicut causa [supra] causatum, et genera supra species, et species su­ pra individua, ergo scientia primi est finita; set scit per exempla ergo exempla finita ( Quaest . supra und. Primae Phil. Arist. \_Met. XI I ] ; ed. Steele, Fs. VII, pp. 116-117). Los contraargumentos, como es patente, están inspirados en la con­ cepción aristotélica, según la cual lo finito es lo acabado y perfecto, mientras que lo infinito es lo caótico e imperfecto. La respuesta dis­ tingue los dos aspectos del problema con mucha pulcritud. La infini­ tud que repugna al orden y a la comprensión se refiere a la indeter­ minación numérica en última instancia. En efecto, es un infinito cuan­ titativo, y, como tal, reductible al número, aunque se exprese en tér­ minos de extensión o continuidad. Este es el infinito físico-matemático. En cambio, el infinito metafísico corresponde a la simplicidad, pues, como ya lo dijo al tratar de la esencia divina7, todo lo compuesto es finito y limitado intrínsecamente por los elementos que lo integran. De allí que la potencia divina se diga infinita en cuanto noestá limi­ tada o coartada por nada. Añadamos de paso que al fin del texto corres­ pondiente distingue Bacon otro sentido, al que ya antes hizo referen­ cia: infinito como lo que no tiene término inicial o final o ninguno de los dos, y éste es el sentido aplicable a las inteligencias separadas. Pero ésta es una infinitud relativa, no absoluta y total. Ahora bien, queda una cuestión pendiente: si la potencia infinita divina permite la «producción» de infinitas ideas ejemplares, no habría razón para negar la posibilidad de que ellas fueran efectivamente creadas, ya que se ha rechazado la objeción más importante: la imposibilidad de un 6. Por el sentido debe añadirse non\ en el texto quizá haya errata de im­ presión. 7. Cf. Opus Majus, VII, Moralis Philosophia I; ed. Bridges, II, 227.

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