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420 CELINA ANA LERTORA MENDOZA Acepta la idea tradicional que derivaba la infinitud y suma perfec­ ción divinas de su absoluta simplicidad e incomposición; por eso todos los seres creados deben ser compuestos, y de allí también la apelación a la «materia espiritual» que provee a los ángeles de composición hile- mórfica (idea que Tomás de Aquino reemplazó por la composición entitativa de esencia y existencia). De la infinitud de la esencia divina se sigue la absoluta perfección de todos sus atributos 3. Poco es lo que Bacon dice sobre la infinitud de la esencia; sus ideas están casi todas contenidas en un texto del Opus Maius. Dios es un ser simplicísimo, el único, pues todos los demás son compuestos según algún modo de composición. La infinitud, efecto de la simpli­ cidad, indica de modo intuitivo la radical diferencia entre Dios y los demás seres. En estos textos, «infinitud» no tiene el sentido etimoló­ gico de «sin límite», sino más bien significa «sin elementos intrínsecos limitativos» 4. Más que interesarse por la dilucidación de la esencia divina, Bacon pasa inmediatamente a los atributos, lo cual es explicable desde su perspectiva, pues ellos son los referidos directamente a las operaciones ad extra, que nos incumben. La simplicidad esencial es sólo el postu­ lado necesario para organizar las cuestiones sobre los atributos o pre­ dicados esenciales de Dios. Siguiendo ideas de Grosseteste, sostiene Bacon que conocemos los atributos divinos en la medida que se manifiestan en lo creado; y les damos nombres que no nos remiten a un conocimiento esencial y propio de los mismos, sino en relación a nuestro modo de aprender lo que nos excede intelectivamente. Así denominamos a Dios sabio, bueno, justo, potente, con palabras que sólo indirectamente, y a través del tamiz semántico incompleto e imperfecto, nos remiten a la realidad. De todos estos predicados, interesan especialmente aquellos vinculados 3. Así lo expresa en el siguiente texto del Opus Majus: «Dico igitur quod Deum esse oportet sicut ibi debet ostendi; secundo quod Deum esse naturaliter cognoscitur ab omni homine; et tertio, quod Deus est potentiae et bonitatis infinitae, et simul cum hoc quod est subs- tantiae et essentiae infinitae, ut sic sequatur quod sit optimus, sapientissi- mus et potentissimus» (VII, Moralis Philosophia I; ed. Bridges, II, 226- 227). 4. Por eso dice otro texto: «Hoc dico quia Deus non solum est secundum influentiam suae virtutis ubique, sed secundum essentiam ejus infinitam. Sed sua essentia non est pars alicujus rei...» (Opus Tertium, c. 22; ed. S. S. B rew er , Fr., Rogeri Bacon Opera quaedam hactenus inédita, Kraus Reprint, London 1965, 79).

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