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416 JUAN ARIAS recordando la llamada universal a la santidad y haciéndola asequible a los fieles corrientes —que no se sienten llamados a ser «personas con sagradas»— por la convicción de que es posible, y entra enlos planes del Redentor, la santificación de todaactividad noble en la tierra. Ese ha sido el mensaje que el Opus Dei ha predicado por todo el mundo con el testimonio de vida de sus miembros, y que ha tenido como efecto inducido, la siembra de unidad en la caridad, tanto entre los cristianos como con y entre loshombres de buena voluntad que aún no han recibido la luz de la fe. Unidad es lo que logran los sacerdotes de la Prelatura al «sentirse impulsados a practicar y a estimular la unidad fraterna con los demás sacerdotes del respectivo presbiterio diocesano, al que también ellos pertenecen» ( Entrevista ... cit.). Los laicos, por su parte, a través de los compromisos ascéticos, formativos y apostólicos asumidos con su incorporación a la Prelatura, encuentran una «unión reforzada al respectivo Obispo diocesano, ya que la Obra les ayuda a luchar para ser fieles y ciudadanos católicos ejemplares». Por la misma razón «esos hombres, esas mujeres, procuran trans mitir sus ideales a los parientes, colegas y amigos, acercándolos a los sacramentos y a la vida de la gracia, haciéndoles participar más inten samente en las actividades de su respectiva comunidad parroquial». La Iglesia universal se beneficia con todo ello, así como «con las familias cristianas que esos hombres y mujeres constituyen, y con las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa que salen de esos hogares cristianos. Además, toda la comunidad civil se beneficiará también de las iniciativas asistenciales, educativas, de promoción social, etc., que suscitan los miembros del Opus Dei por todo el mundo, en unión con otras muchas personas, también no católicas y no cristianas» ( Entrevis ta ... cit.). El Opus Dei cargado con ese bagaje de formación humana y amor cristiano se ha extendido por ochenta países; tiene más de setenta mil miembros de ambos sexos, de todas las edades, colores, razas, len guas y clases sociales; de estos miembros son sacerdotes más de mil; ayuda a varios miles de sacerdotes diocesanos a través de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. En una palabra, la vida ha demostrado lo que Mons. Escrivá de Balaguer decía desde que fundó el Opus Dei: «se han abierto los caminos divinos de la tierra».
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