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396 MANUEL GONZALEZ GARCIA filosofía sufre un gran quebranto en cuanto ciencia de la verdad86. E. Nicol señala que, cuando Ortega examina la situación histórica nacional, se desliza por «un camino de pensamiento que no es canóni­ camente filosófico, en el cual es siempre más apremiante para el pen­ sador situarse a sí mismo en relación con su circunstancia que situar la circunstancia local en relación con el problema histórico y teórico de la circunstancia en general» 87. Pero, en el protagonismo del yo orteguiano, a diferencia de Una- muno, se esconde el drama personal bajo las ideas y son éstas las que han de alcanzar su destino y efecto entre los hombres, destino y efecto que les había dado el yo de Ortega 88. El fallo de esta filosofía personalista de Ortega es la caída en teo­ rías subjetivistas y relativistas, sin posibilidad de confrontaciones obje­ tivas, al ser la filosofía fruto de los draomas y expresión de la situación existencial del filósofo 89. Un juicio final, que resumiera brevemente cuanto se ha dicho sobre Ortega y su filosofía, afirmaría que Ortega pertenece a la aristocracia de nuestra tradición, ocupando un puesto al lado de otras personalida­ des como Cervantes. Vives o Suárez. Pero su grandeza tuvo un fallo en la ejemplaridad, ya que no logró implantar en su mundo un modo de vida digno, tolerante, laborioso, lejos de arregatos, turbulencias o apatías 90. Manuel G o n zá lez G arcía 86. No llega a poseerse la verdad, no se alcanza un nivel de auténtica filo­ sofía si el pensamiento es fruto de estos tres factores: antecedentes históriqos, situaciones sociales, conformación caracteriológica del pensador individual (Cf FH 233-237). 87. FH 132. 88. En consonancia con este destino que Ortega da a las ideas está su teo­ ría de los ideomas y los draomas. Los ideomas serían los principios patentes v manifiestos a la mente de un autor; los draomas serían el autor mismo, las creen­ cias no patentes, las acciones vivientes, que fundan las ideas del autor, hasta el punto de que «en su raíz misma, una filosofía no sería, pues, un sistema de pensamientos o ideomas, sino un sistema de draomas o posiciones vitales» (FH 224). 89. FH 225-226, 237-238. Cf. E. N icol , Psicología de las situaciones vitales. 2.a ed., México 1963, 16-17. 90. FH 276-279.

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