PS_NyG_1983v030n003p0375_03960410

376 MANUEL GONZALEZ GARCIA el momento mismo de su producción, no sólo actualidad sino también popularidad2. De hecho, fue Ortega el autor más filosófico del primer tercio del siglo xx español, tan lleno de su persona y obra que tal época histó­ rica es conocida con el nombre de «etapa orteguiana» 3. Uno de sus frutos más evidentes fue la denominada «Escuela de Madrid» 4. El influjo de Ortega pasó incluso a Hispanoamérica y se hizo pa­ tente no sólo a través de las enseñanzas de sus discípulos sino también en la colaboración de alguna doctrina orteguiana para la reflexión e identidad filosófica de algunas naciones 5. Ortega escritor E. Nicol alaba a Ortega como escritor. En el año 1961 no dudaba en afirmar que Ortega, junto con Unamuno, son «las dos más grandes figuras que han producido las letras españolas en el siglo xx» 6. En otro lugar, más secamente lo califica como «a good writer» 7. El análisis más detallado de Ortega lo hace E. Nicol en las pági­ nas 244-247 de El problema de la filosofía hispánica. En ellas califica 2. E. N icol , Historicismo y existencialismo, México 1950, 313-314. En ade­ lante usaremos la sigla HE para citar esta obra. En otro pasaje de FH afirma que no fue Ortega el único que influyó en el renacimiento filosófico de España y América, añadiendo «de cualquier modo, él contribuyó a darle vida nueva con sus enseñanzas, con su obra y con su «Revista de Occidente» (152). Acerca del tema de la popularidad y la actualidad puede verse la introduc­ ción de HE donde señala que la popularidad es una consecuencia de la actuali­ dad, la cual se logra, en parte, por la persteza en plantear y resolver los proble­ mas pendientes y la atención y comprensión de los caracteres de la vida en su tiempo. Por eso, en cuanto la filosofía de Ortega tuvo capacidad para ofrecer fórmulas pragmáticas de vida y reaccionó ante los hechos e ideas nuevas, fue po­ pular y actual (cf. FH 272-273). 3. FH 127. 4. E. Nicol habla breve y sucintamente de esta Escuela al tratar de la Es­ cuela de Barcelona. Define a la de Madrid como «el grupo de aquellos que, for­ mados por Ortega en esa Universidad, siguen sus orientaciones ideológicas. La Escuela de Madrid quedaría, pues, delimitada por el pensamiento de su maestro, por el número preciso de los discípulos de éste, y por las fechas en que su en­ señanza comenzó y su influencia ha venido difundiéndose» (FH 165). Tres ele­ mentos, pues, determinarían la Escuela de Madrid: un maestro, una época cro­ nológica, unidad de doctrina. 5. Cf., por ejemplo, FH 64 en donde E. Nicol alude al influjo del circuns- tancialismo de Ortega en la meditación del propio ser de México. 6. FH 126. 7. Some Indications about the Metaphysics of Expression, en Philosophy and Phenomenological Research 25 (1964-65) 581.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz