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ORTEGA DESDE SU* CIRCUNSTANCIA 393 el ensayo es una forma de pensar; para el filósofo nato, el ensayo es una forma ocasional de exponer lo ya pensado con distinto artificio» 69. c) En el ensayo es necesario exponer algún pensamiento, alguna enseñanza nacida de la relación de lo concreto (lo vivo que mantiene la atención del lector) con lo universal, general o abstracto: «Las ideas generales serían, pues, el concreto de los hechos: como el cemento que da unidad y resistencia conjunta al material de piedras sueltas que son los supuestos hechos aislados» 70. En otro lugar describe E. Nicol gráficamente el ensayo al decir que «es una perspectiva que presenta en primer término al hecho, y en el horizonte la idea» 71. El ensayo tendría la limitación de que, al opinar sobre un tema aislado, no se plantea el problema de la concordancia de la opinión personal concreta y aislada con las ideas o soluciones que presentan otros temas. Es decir, no se necesita una congruencia total, aunque siempre deba huirse del equívoco 72. Una vez descrito sucintamente qué sea el ensayo para mejor com­ prender las indicaciones de E. Nicol sobre Ortega como ensayista, hemos de añadir que, precisamente, la condición de ensayista de Orte­ ga fue lo que puso fin a la etapa orteguiana. El mismo dejó constancia de la superioridad de la filosofía, ciencia sistemática, sobre el ensayo73. Las ideas sueltas, aunque geniales, no pueden nunca manifestar el orden sistemático de la realidad. El paso, la ardua marcha hacia la filosofía sistemática y científica la iniciaron los filósofos españoles des­ pués de Ortega, clausurando la etapa que él inició74. Otra cuestión relacionada con la filosofía de Ortega, es descubrir los efectos que tal filosofía produjo en sus contemporáneos. E. Nicol, para responder a tal cuestión, recuerda el ambiente favorable que existía hacia la filosofía en el primer tercio del siglo xíx en España, 69. FH 208. 70. FH 210. 71. FH 213. 72. FH 213-214. E. Nicol insiste en la relación de los hechos particulares con las ideas abstractas, de lo particular con lo universal. La teoría científica pon­ dría en relación lo universal con lo universal: «E l intelectual, aquel a quien el hecho levanta en su entendimiento la chispa de la idea, éste es un ensayista. El filósofo es el que piensa sistemáticamente, aquel que percibe y sabe reseguir el hilo que va de un problema a otro, y no se queda prendido por el hilo que va del hecho al problema aislado y a la idea suelta» (FH 213). 73. FH 134-137, 139. 74. Cf. FH 141-143, 256-263.

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