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392 MANUEL GONZALEZ GARCIA la fraseología propias del ensayo; de suerte que el desarrollo entero de cada obra parece como una sucesión de breves, confinados, brillantes ensayos, más que como el camino uniforme, regular, proseguido, de una investigación metódica» 65. Como complemento de estas indicaciones sobre la filosofía de Or­ tega, es necesario recoger la delimitación que el mismo E. Nicol hace del «ensayo» como género filosófico. Su descripción comienza por re­ cordar la opinión de A. Huxley: «El ensayo es un artificio literario que sirve para hablar de casi todo diciéndolo casi todo» 66. Pero, aun­ que el ensayo sea calificado de «artificio literario», esto no significa que el ensayista sea libre para tratar cualquier tema o que esté des­ ligado de la verdad para decir lo que se le antoje, sino que «se puede tratar casi cualquier tema, pero no un tema cualquiera; y cabe decir sobre el tema elegido casi todo lo que él requiere, pero no todo» 67. El ensayo, como género y artificio, tiene sus normas o reglas de arte. E. Nicol señala las siguientes: a) Está prohibido decir lo que no se puede entender en seguida, ya que el ensayo está escrito para la generalidad de los cultos a la que corresponde la generalidad de los temas. «Sea cual sea la especialidad de cada uno, la lectura de un ensayo no requiere en ninguno la espe- cialización» 68. De aquí que el ensayista no esté obligado a decir todo cuanto sepa del tema, sino a exponer con claridad y sin tecnicismos cuanto escriba. Por eso, si se tratan los grandes temas, no puedan ser tratados a fondo. b) La responsabilidad del ensayista es distinta según la clase de ensayo de que se trate: literario, estético, biográfico, etc. Para el ensa­ yo filosófico se requerirían más cautelas, pues el lector «ha de estar ya bien avisado para discernir entre aquellos autores que emplean el ensayo como artificio y método para comunicar ideas filosóficas a quie­ nes no son filósofos, y aquellos otros autores que emplean el ensayo para eludir los rigores del método filosófico. Para el ensayista nato, 65. FH 218. 66. FH 206. 67. Ibid. Cf. también 231. Como conclusión del análisis que hace E. Nicol de la opinión de A. Huxley escribe: «El ensayo se encuentra, pues, a medio camino entre la pura literatura y la pura filosofía. El hecho de ser un género híbrido no empaña su nobleza» (FH 206). 68. FH 207.

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