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Ortega desde su circunstancia (La interpretación de E. Nicol) Son muy abundantes las publicaciones que, con motivo del cente nario del nacimiento de Ortega, se han preocupado de su personalidad y su filosofía desde los más variados puntos de vista. En el siguiente comentario queremos ofrecer el análisis y el juicio que hizo de él otro pensador español, E. Nicol, que conoció a Ortega cuando todavía era profesor en la Universidad de Madrid. Fundamentalmente, sus opinio nes se encuentran recogidas en dos obras: Historicismo y existencialis- mo, México, El Colegio de México 1950; El problema de la filosofía hispánica, Madrid, Tecnos 1961. En más de una ocasión se manifiesta la admiración y estima que E. Nicol tiene por Ortega. Como ejemplo baste citar las siguientes palabras que son casi el final de la obra El problema de la filosofía his pánica: «hablar de él (de Ortega) es una forma de homenaje, porque puede merecer algunas críticas, pero no merece el silencio. Incluso diría que la íntima familiaridad con el personaje «autor» que se ha venido formando después de convivir con sus escritos y de meditar sobre ellos largamente, llega a disponer el ánimo para un sentimiento que llamaríamos de indulgencia, si la palabra no fuese tan petulante. No es una indulgencia por los defectos, porque esto implica debilidad en los principios, pero sí una forma de vinculación afectiva con la persona que se hace acreedora de tan asidua atención» l. El prestigio de Ortega no fue posterior cronológicamente a su trabajo como escritor y filósofo. Las circunstancias nacionales eran pro picias para que, en medio de la desorientación espiritual que embar gaba el pensamiento español, Ortega fuera aceptado como el creador de una filosofía a la que se calificó como «española» y que tuvo, en 1. E. N icol , El problema de la filosofía hispánica, Madrid 1961, 278. En adelante citaremos esta obra con la sigla FH.
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