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LA ESCUELA DE BARCELONA 261 A Joaquín Xirau lo describe como un personaje más complicado que Serra Hunter, pues «no le bastaba la eficacia de esa "'acción de presencia” de que él mismo hablaba. Tenía que completar la simple ejemplaridad con la prédica, y ésta con la acción directiva, con la crea­ ción de instituciones, con el reclutamiento de adeptos para la buena obra» 15. Gráficamente dice E. Nicol que se dedicaba a la «cacería de almas», pero «la influencia que trataba de ejercer era más bien peda­ gógica que ideológica, y en tanto que la pedagogía y la política, en un sentido amplio, no van muy separadas, su influencia era política tam­ bién» 16. Eugenio d’Ors, que ejerció un notable influjo con su actitud en Barcelona, tiene algunos puntos de contacto con J. Xirau: —toma de iniciativas —intervención e influencia educativa en la mente de los demás —creación de nuevos organismos —el educador posee una misión cultural que debe proyectar sobre la comunidad para beneficio de la misma. Pero lo que los distingue es la actitud de D’Ors ante la universi­ dad, institución que juzgó envejecida, prefiriendo «instituciones más vivas, más abiertas, menos anquilosadas» 17. Otra divergencia entre J. Xirau y E. d’Ors fue su diversa concep­ ción de la estética. Frente a la «pedagogía estética» de D’Ors, J. Xi­ rau se inclina por una «pedagogía ética» o una «ética estética», «para la cual no es suficiente la vida artística, sino que pretende substituir a la ética, convirtiéndose en forma y norma de la vida entera» 18. Al lado de estos influjos provenientes del campo intelectual, E. Nicol recuerda la «influencia espiritual» de Torras y Bages y de Ma- ragall, que compensaron la de D’Ors. Si bien E. Nicol califica la in­ fluencia de Torras y Bages como «religiosa» y la de Maragall como «literaria», también indica que no se limitaba a esos campos sino que era, sobre todo, acción de presencia, «una acción que dejaba libertad a los demás para programar sus propias acciones, sin necesidad de aceptar el programa ya hecho de unas ideas, o de inclinarse ante unas 15. 183. 16. Ibid. 17. 184. La actitud de D’Ors en contra de la institución universitaria encon­ tró eco en José María Capdevilla, José Farrán y Mayoral, Juan Estelrich y Tuan Creixelles (182-186). 18. 185. 8