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sin la presencia de su virtualidad» 131. La solución no está, dice, en bautizarlos de nuevo; esto a nada conduciría ni es posible; sino en vivir y revitalizar el bautismo recibido. Vivirlo en fe y caridad, en comunión y comunidad con otros bautizados: a esa reunión de bau­ tizados se llama Iglesia 132. El bautismo es sacramento que imprime carácter en el alma, carác­ ter que «consta ser una cualidad espiritual del alma», a modo de hábito caracterizado, no a modo de mera disposición que fácilmente va y viene 133. El carácter bautismal es un hábito perpetuo impreso en el alma, que dispone a una perfección ulterior que es la gracia, dispone a ésta 134. No basta, pues, haber recibido el carácter bautismal, si queda en eso, sin llegar a la gracia y a vivirla. El carácter es signo sacramental impreso por Dios en nosotros, que significa la gracia, y no sólo la sig­ nifica sino que actúa positiva y activamente en orden a ella, primero preparándonos para la gracia, porque cuando de sacramentos se trata, no basta significar la gracia, sino que se requiere también la eficacia en esta gracia; puesto que el carácter está relacionado con la gracia, tiene necesariamente cierta semejanza con Dios y nos la da; y si a todos configura con Dios, señal de que da semejanza a los unos con los otros; y esta semejanza de los bautizados contribuye poderosamente a la comunión eclesial y su calidad interhumana en los que la compo­ nen 135. Y como no todos viven de la misma manera el carácter bautis­ mal, de ahí la riqueza y la variedad 136. Lo que el carácter bautismal significa es la gracia; ahora bien: el que de hecho en algunos no se dé o no se viva hay que atribuirlo solamente a la libertad de cada uno: «al defecto de los que lo reci­ ben» 137. Otro tanto ha de decirse, añade San Buenaventura, si los que han recibido el bautismo no se distinguen en fe de los que no lo han recibido: esto no hay que achacarlo al carácter bautismal, sino a la poca o nula correspondencia y vivencia de cada uno; pero de suyo el carácter es para asemejarnos a Cristo, para llegar a la comunión co- 131. Ibid.: «habentes forman sacramenti, virtutem autem eius abnegantes». 132. Ibid. 133. Ibid., a. I, q. I. 134. Ibid., conclusio. 135. Ibid.} q. II, conclusio. 136. Ibid.: «vel etiam distinctionem facit in eodem grege secundum aliam et aliam rationem assimilandi». 137. Ibid., n. 3. EL BAUTISMO, INICIACION Y CAMINO DE L A ... 229 6

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