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EL BAUTISMO, INICIACION Y CAMINO DE LA. 219 la capacidad de que, aunque acosados por el mal, no estemos oprimidos por el pecado, incluso que no sucumbamos ante él: una cosa es dejar­ nos en medio de las tentaciones de este mundo y otra, muy distinta, estar dejados de la mano de Dios: esto último no puede ser a raíz del bautismo, en buena teología de este sacramento, ya que por él somos miembros de Cristo Cabeza, que no puede abandonar a sus miembros (Rom 6, 2-11). Siguiendo con esta teología bautismal de incorporación a Cristo, San Buenaventura insiste en que «el mérito de Cristo no se ordena (aplica) eficazmente más que a aquéllos que se adhieren a é l » 81. Parecería que la Pasión de Jesucristo debería beneficiar por igual a todos los que acceden a los sacramentos, a través de los cuales se aplica el fruto de aquellos misterios pascuales de Cristo; pero no es así, y ello depende de la preparación —diversa en unos y otros— a estos sacramentos, de la diversa disposición y vivencia en éstos: «aun­ que Cristo murió por todos, sin embargo, no en todos la pasión de Jesucristo tiene eficacia, porque no todos se disponen así. Aunque padeció por igual para todos, no obstante, no tiene igual eficacia (sal­ vadora) en todos, porque no todos se disponen igualmente bien, sino el que más se acerca, más recibe (como el que más se acerca al fuego, más se calienta)», dice San Buenaventura82. "Intención de hacer lo que hace la Iglesia” Es necesaria en los adultos para recibir válidamente el sacramento (del bautismo) (del que se está tratando ahora): el mínimum que se requiere en este sentido es que «permita (el bautizando adulto) que se haga respecto de él lo que pretende la Iglesia cuando bautiza» 83. En efecto, lo mínimo que tiene que poner de sí el adulto al acercarse al sacramento es «el consentimiento, la voluntad, no la repugnancia» 84. Expone luego San Buenaventura casos en los que «por no haber intención, no hay sacramento» 85. Nuevamente se habla aquí de mínimos por debajo de los cuales no hay sacramentos y los describe de esta manera: «que quiera suceda en sí lo que la Iglesia quiere» 969 «lo cual 81. «Meritum Christi non ordinatur efficaciter, nisi his qui ei adhaerent» (ibid.). 82. Ibid., q. III, conclusio, n. 1. 83. Ibid., a. II, q. 1, conclusio. 84. Ibid. : «consensus... voluntas... non repugnans». 85. Ibid.: «Et tune, quia non est intentio, non est sacramentum». 86. Ibid.: «aut ipse vult illud, quod Ecclesia, circa se fieri».

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