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EL BAUTISMO, INICIACION Y CAMINO DE LA. 215 en práctica, no tan numerosos en cuanto a la cantidad» 66. Pero lo que ni entonces ni ahora aprovecha para la salvación es practicar aquellos o estos sacramentos pero no observar la Alianza de la que son signos, dice San Buenaventura 67. De ahí el axioma de toda teología y de todo Concilio, de ayer y de hoy, de que nadie puede decir sí al sacramento sin antes decir sí al Evangelio, a Jesucristo, a la fe (SC 59). El que abraza el bautismo, tiene que tener conciencia de que por la misma razón, tiene que abrazar la causa de Jesús, el Evangelio y sus consecuencias; sin éstas, el bautismo como tal, aislado de la fe y de la elevación de conducta coherente con el bautismo y la fe, de nada sirve ni aprovecha para la salvación: he aquí el pensamiento genuino de San Buenaventura y de toda aquella teología. Y pone un ejemplo bien elocuente, tomado del Señor: que no se contentó con la circuncisión recibida de niño, sino que «nos enseñó (y edificó) con todas las obras de su vida» 68. Ahora bien: el que nos ayuda a interiorizar y vivir el Evangelio a través de la fe y de los sacramentos de la fe es el Espíritu Santo: es él quien nos lleva a identificarnos con la causa de Jesús en este tiempo de sacramentos y del Espíritu: su campo de acción privilegiado es la Iglesia. Conviene destacar también, y así lo hace San Buenaventura con visión teológico-pastoral, que no hay que introducir precipitadamente en la Ley Nueva y en sus sacramentos, dejando bruscamente el sentido de los antiguos: ésta es la pedagogía, paulatina y progresiva, que siguió Dios en la historia de la salvación69. ¿Cómo y con qué preparación recibir el bautismo? No todos los que reciben el bautismo viven su significación y su gracia. En una primera instancia, ontológico-sacramental, no hay nadie que habiendo recibido este sacramento, no reciba su efecto respecto del pecado original. Pero no es esto todo, no termina ahí el significado y la realidad a la que está llamado el bautismo. Es mucho más: ¿qué? Todo bautizado de alguna manera ha muerto al pecado, según la carta de San Pablo a los Romanos (6, 2-11). Pero no basta pronunciarlo en pasado y en presente esta muerte al pecado, sino también de futuro; 66. «...et alia instituía sunt (sacramenta) virtute maiora, utilitate meliora, actu faciliora, et numero pauciora» (ibid.). 67. S an B uenaventura , Ibid. 68. Ibid., n. 4. 69. Ibid., in fine.

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