PS_NyG_1983v030n002p0203_02340410

EL BAUTISMO, INICIACION Y CAMINO DE LA. 213 resurrección de Cristo: «el obstáculo proveniente de la ofensa (del pecado) lo removió la pasión de Cristo por la cual fue llevada a cabo la satisfacción» 54. Pero todo queda aclarado luego, a renglón seguido, cuando dice y añade la solución a la fragilidad de la muerte, no sólo del pecado: «el obstáculo de la muerte es resuelto por la resurrección de Cristo: y de esta manera se dice con razón que la apertura (de las puertas del Reino) se comienza con el bautismo: inicio que prosigue con la participación en la pasión de Cristo; su complemento está en la resurrección y la manifestación (gloriosa) de todo esto en la ascen­ sión» 55. De ahí que en el bautismo y en los demás sacramentos están pre­ sentes los acontecimientos pascuales de Cristo, que han tenido ya lugar; de ahí que la fuerza del bautismo no está precisamente en sí mismo, sino también (y sobre todo) en el ofrecimiento de la hostia verdadera y salvífica, que es C risto56. Son gráficas las comparaciones que pone San Buenaventura para demostrar la eficacia y necesidad de este sacramento del bautismo: «est máxime efficax et máxime necessarium inter alia sacramenta»: tan necesario como la trasparencia del cristal para recibir la luz, el bautismo hace luminosa la vida del cristiano, por ahí entra la luz divina para interpretar la vida en cristiano57. Atribuye también a este sacramento, a estas aguas bautismales, como efecto suyo «la gracia de serenar el ardor de la concupiscencia» 58. Todo esto está significado en la inmer­ sión en el agua, como signo de la participación en la sepultura de Cristo, en su muerte, pero también en su resurrección al salir del agua59. Todo este plan salvífico-sacramental le parece a San Buenaventura que es de «suavidad y amor», por ahí va el plan de redención bautismal y sacramental del Nuevo Testamento60. Ciertamente las aguas siguen siendo las mismas después de que en el bautismo de Cristo, éste les dio la potestad de regenerarnos en el bautismo, pero han recibido una nueva ordenación para este fin, para 54. Lib. IV, dist. III, pars II, dub. III. 55. Ibid. 56. Ibid. 57. Ibid., q. I, conclusio. 58. Ibid. 59. Ibid. 60. «Sed lex nova est suavitatis et amoris» 5

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz