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2 0 2 ADOLFO GONZALEZ MONTES cobran su más profunda razón de ser en Dios mismo, y escribió por ello estas hermosas palabras: «Sólo quien pasa por la vida con una distracción de mineral puede necesitar de los prodigios, o de lo que llamamos prodigios, para aceptar la divina realidad. Porque le bastaría meditar un instante en el mara­ villoso misterio de cada latido de nuestra existencia y en la inconmensu­ rable magnitud del orden cósmico y en el portento de nuestro destino y en el misterio, lleno de diarias sorpresas, de la sabiduría humana; y también en el insondable misterio de la humana insensatez, tan reiterado y tan inexplicable que necesariamente presupone un sobrehumano desig­ nio» 89. Adolfo G onzález M ontes Universidad Pontificia Salamanca 89. Ibid.

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