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172 ADOLFO GONZALEZ MONTES hombre se debate y gesticula entonces sobre las tablas para una repre­ sentación sobre un escenario. El hecho del exilio —voluntario en el caso del propio Marañón— llevó al gran médico a una comprensión en profundidad del fenómeno del desarraigo de la propia tierra, acercándose a la existencia de los exiliados españoles —aquellos «españoles fuera de España»— . Sufrió Marañón esta terrible experiencia —muy dulcificada en su caso—, «cuando su propia identidad, su sentimiento de sí, había sido plena­ mente confirmado por la elevada y justa imagen que sus contemporáneos se habían formado de su valor 33. El contenido antropológico de aquellas sus reflexiones en el exilio son las que veremos ahora. 2. E l exilio como carencia de mundo y revelador de la condición via­ dora del hombre Domenico Theotocopuli, a juicio de nuestro autor, sólo pudo poten­ ciar los valores espirituales de su arte cuando quedó prendido por la tierra y el ambiente de la ciudad imperial. En aquel Toledo de la tole­ rancia, asentado sobre el antivalle rocoso que rodean en un abrazo es­ pumoso las aguas del Tajo, quedó para siempre el alma del pintor cretense. Aquel mundo toledano posibilitó la ascensión mística de las vivas combinaciones cromáticas de sus lienzos. Cuando el hombre pierde su tierra, pierde también su mundo. Afir­ mación que debe entenderse, en lo que al pensamiento de Marañón se refiere, no tanto de la tierra en la que se nació materialmente cuanto de la tierra en la que uno ha forjado su espíritu al calor de una deter­ minada expresión cultural. Tal es el caso del pintor de Toledo. Claro está que lo normal, en la vida de los hombres, es que el espíritu se forja en la tierra en que se nace. Incluso Theotocopului pudo echar raíces en Toledo gracias a que en la ciudad imperial encontró poten­ ciado el ambiente de la tierra sobre la que fue alumbrado a la exis­ tencia. Cuando se intenta verter sobre unas páginas, de forma ordenada, el pensamiento de un autor, es preciso buscar en su obra aquellas ma­ nifestaciones que por representar la cristalización de una determinada comprensión de lo real, tengan valor de testimonio para quien se acerca 33 . Ibid., 100 .

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