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170 ADOLFO GONZALEZ MONTES Y, finalmente: Su paso del Mediterráneo hacia España, y su caída en Toledo, la ciudad propicia a la explosión de su genio, porque era tierra de moros, de cristianos viejos y de cristianos nuevos, de alumbrados y de místicos 28. El Greco se quedó en Toledo para siempre. Jamás salió del él, nos dice Gregorio Marañón. El hombre Domenico Theotocopuli, que, como todo hombre, era por naturaleza «hijo de la tierra», modeló la plenitud de su espíritu vinculado adánicamente a aquel retazo de tierra castellana bañada por el Tajo, cuyo caserío se asienta sobre «las altas rocas que tantas veces había de representar en los fondos de sus cua­ dros, idealizados siempre con el recuerdo del monte Sinaí, que pintara, con sentido simbólico, en su juventud» 29. III.—EL PROBLEMA DEL DESARRAIGO PATRIO 1. Desarraigo y crisis de identidad Todo tipo de desarraigo supone una crisis de identidad. Marino Gómez-Santos, en su biografía 30 del doctor Marañón, ha escogido para pórtico de su obra, entre otrostextos,aquel en el que Marañón afirma: «Fuera del ambiente, el hombre es sólo un actor que declama y se agita en un escenario». Gómez-Santos ha querido, sin duda, referir este texto marañoniano al hombre que fue Gregorio Marañón.Es éste un texto que recoge en síntesis las muchas páginas que el gran médico dedicó a poner de relieve el papel fundamentalísimo que el ambiente juega en el desarrollo y cristalización de la personalidad humana. Arrancado de su «entorno», el hombre sufre una crisis de identidad por desarraigo. Rof Carballo estima que la identidad personal «no se logra si no es mediante «crisis». Crisis a veces brutales, dolorosas, crisis profundísimas. El hombre no sigue en su desarrollo de su intimidad una línea continua, regular» 31. 28. Ibid., II, 211. 29. Ibid., II, 212. 30. M. G óm ez -S antos , Vida de Gregorio Marañón, Madrid 1971. 31. España y su mismidad,en o. c., 101.

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