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III S em in a r io d e la H is t o r ia d e l a .. 81 tiende siempre a legitimarse, utilizando los ingentes medios de que dispone. Pero frente a esta actitud del poder ha surgido dentro de la sociedad un profundo sentido crítico en virtud del cual el poder puede ser controlado. En todo ello importa más que la acción inmediata de la cultura el método de actuar sobre la cotidianidad del vivir, pues esta cotidianidad ejerce gran influjo sobre la afectividad que va formando la conciencia histórica. E. Rivera de Ventosa reflexionó sobre la filoso­ fía política española del siglo x vm , que estuvo muy bajo el influjo de las ideas francesas, tanto conservadoras como progresistas, y de espaldas a nuestra escuela clásica del derecho del siglo xvi. A. Heredia y N. Martín-Sosa afrontaron el tema desde la delicada y esperanzada situa­ ción actual, mientras que Carlos Díaz nos dio su típica visión personal sobre la relación entre poder y pensamiento desde su filosofía persona­ lista y comunitaria, muy en línea con E. Mounier. Complemento de este tema general fue la intervención del benemé­ rito investigador Gonzalo Díaz Díaz, al darnos una nueva y documen­ tada referencia sobre Hombres y documentos de la Filosofía Española. 2. Ortega en su centenario Ante la proximidad del centenario del nacimiento de Ortega buen número de los que intervinieron en el Seminario hicieron a Ortega objeto de su reflexión. Una delicadeza elemental pide que recordemos primeramente a los investigadores venidos de fuera de España. Del grupo francés, que de modo tan cortés y abnegado toma parte en estos Seminarios, citamos al matrimonio Guy. Alain Guy dio una panorámica sumamente interesante de la presencia de Ortega en Francia. Después de señalar que fue en esta nación, año 1923, cuando tuvo lugar la primera traducción de Ortega a una lengua no hispánica, hizo notar tres tiempos fuertes del influjo de Ortega en la misma. El primer tiempo fuerte fue de 1929 a 1938; el segundo, en 1945, a raíz de la libera­ ción de Francia; el tercero, con ocasión de la muerte de Ortega, en 1955. La comunicación de Reine Guy, leída por Alain, se detuvo en señalar los estudios más preclaros sobre el maestro español, hechos en Francia, como los de Jolif, M. Pomés, Gastón Berger y Jean Brun. El ambiente orteguiano en los Estados Unidos lo resaltó Nelson R. Orringer, haciendo notar que ello se debía a una excelente tradición de hispanismo que allí se ha creado, a la popularidad lograda por la obra orteguiana y a la preparación filosófica de la «España peregrina». 6

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