PS_NyG_1983v030n001p0067_00780410

72 C e l in a A na L ertora M endoza no versa directamente sobre las cosas, sino sobre los signos que las representan, y de allí que su teoría de la ciencia quede muy vinculada a la de la intuición. Ockham mismo tenía conciencia de la novedad que proponía y de las dudas y objeciones posibles. Uno de estos in­ terrogantes es la posibilidad de un conocimiento intuitivo en estado de vía, y referido a sensibles. Y aquí se presenta nuevamente el argu­ mento del proceso al infinito: Quartum dubium est respectu quorum sit notitia intuitiva pro statu isto. Quia non videtur quod sit respectu aliquorum aliorum quam respectu sensibilium. Primo, quia actus intelligendi huiusmodi non intelliguntur ni- si reflexive, notitia autem intuitiva est intellectio recta, non reflexa. Se­ cundo, quia tune in intellectu essent simul infinitas intellectiones: quia si prima intellectio intuitive videatur, hoc non est nisi quia est sufficien- ter praesens intellectui. Sed illa notitia intuitiva primae intellectionis est aequaliter praesens, igitur illa videbitur tertia intellectione, et eadem ra- tione illa tertia, cum sit sufficienter praesens, videbitur quarta intellectione, et sic in infinitum (I S e n t Prol., q. I, a. 6; Op. T h e o l I, 53, y ed. Lyon 1494-96, f. a 6, rb.). En este caso no se presenta el problema de la infinitud intrínseca, como veremos en relación al acto reflejo, ya que la intuición es una intelección directa, como dice en la primera razón. Pero la objeción puede tomar otra forma: algo se aprehende intuitivamente cuando y porque está inmediatamente presente al intelecto, con lo cual resulta que, para ser posibles, todas las intuiciones y la intuición de las mis­ mas deben estar simultáneamente presentes al intelecto, y así resultaría una infinitud simultánea de intuiciones. La dificultad aquí no radica en la infinitud en sí misma, sino en la simultaneidad; el paso lógico que Ockham no concede es de la sucesividad a la simultaneidad. Dicho paso no responde a razones lógicas sino filosóficas, a motivos de con­ tenido y no a requisitos formales. Por tanto no tiene la apodicticidad de las reglas sintácticas. La respuesta de Ockham supone negar validez a un argumento cuando uno de sus pasos no depende de requisitos puramente lógicos. En otras palabras, todo razonamiento en el cual alguna premisa o cone­ xión entre ellas dependa de un argumento no lógico es lógicamente contingente y no necesario. Lo cual es verdad. Por eso, la lógica no exige ni justifica el paso de la sucesividad a la simultaneidad, y si se afirma, debe justificarse por razones filosóficas. Y éstas son las que

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz