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60 C arlos G arcía C ortés 4.3. Expresión La ideología sanlucareña, trasvasada a través de los contenidos de su obra, se expresó con unos lenguajes determinados, en buena parte tomados del contexto general de tipo teológico, espiritual, devocional, moral y eclesiástico; en otra parte marcados por la formación perso­ nal, la pertenencia a una orden religiosa, la detentación de una función y un ministerio dirigentes en la Iglesia; también jugaron su papel los distintos ambientes en que ese ministerio se ejerció (Andalucía, Amé­ rica, Galicia); finalmente, hay que tener en cuenta lo que de genio personal, inventiva y creación, capacidad de remodelación y presenta­ ción tuvo Sanlúcar, dándonos como resultado la obra que conocemos. Couselo Bouzas estima que «por razón de muchas cuestiones que trata referentes a la Virgen y a San José, la profundidad con que las trata y la amplitud de conocimientos de toda clase que revela, bien merece que su nombre se coloque también en el número de las personas cultas y doctas» 65. Una lectura, aunque sea somera, de la obra sanlucareña — sobre todo los escritos mayores y las introducciones de algunas novenas— , pone al estudioso ante la evidencia de la gran cultura del autor, que hace alarde de una serie de conocimientos sobre las más diversas ma­ terias, manejando buen número de fuentes y reflejándolas en el aparato crítico de tales escritos. En ellos encontramos abundancia de citas, referencias o simplemente traslación de ideas y contenidos de autores bíblicos, patrísticos, teológicos, espirituales, morales, así como de es­ critores filosóficos, literarios y culturales de gama bastante amplia. No cabe duda que ese hondo poso literario se traduce en la producción sanlucareña de manera importante. Maneja las obras relativas a la cultura eclesiástica con mucha soltura, y con bastante abundancia las referentes a la cultura no eclesiástica, sobre todo filosófica y literaria, dando a sus escritos una referencia notable en ambos aspectos. El estilo de Sanlúcar no resulta, generalmente, del gusto actual. Aunque su metodología de trabajo es bastante ordenada, y se puede seguir con relativa facilidad el esquema fundamental de sus escritos, no pone a su servicio un lenguaje asequible a gentes de cultura sencilla (destinatarios de buena parte de ellos), sino a personas de mayor for­ mación, como podían ser los sacerdotes y predicadores. Hay que decir por ello que su estilo literario es a menudo digresivo, amplio y barroco, 65. C ouselo , 204.

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