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16 E nrique R ivera Hemos recordado estas interpretaciones del Renacimiento para que aparezca más en claro la postura de Ortega al no condividir ninguna de ellas. Sin negar valores parciales a las mismas, sobre todo a la segunda, sostiene la tesis de que el Renacimiento es ante todo tiempo de búsqueda, de ensayo. «Es la inquietud parturienta, escribe textual­ mente, de una nueva confianza fundada en la razón físico-matemática, nueva mediadora entre el hombre y el mundo» 26. «Mi idea es que el llamado Renacimiento, escribe en otro lugar, representa una gran crisis hisórica, interpretada ésta en su sentido más exigente en cuanto cate­ goría histórica, es decir, en cuanto forma fundamental que puede adop­ tar la estructura de la vida humana» 27. Dos notas más señaladas acompañan este renacer del hombre. La primera es de signo positivo en cuanto significa el comienzo de la reafirmación humana, de la exaltación del hombre y del intramundo, esto es, del mundo éste frente o al lado del otro. Ortega retorna aquí a su exagerada contraposición entre este mundo frente al otro mundo, para subrayar de nuevo que el Cristianismo surgió genialmente de una época en la que los hombres sintieron su propio y total fracaso. De aquí el maravilloso y conmovedor gesto del hombre antiguo quien, náufrago en su íntimo océano de nulidad, se agarra a la tabla flotante que es Dios 28. Por el contrario, ahora en el Renacimiento el hombre se cree en posesión de un arsenal nativo de medios que le bastan. Se creeotravez autosuficiente y no, como al fin del mundo antiguo, indigente.Por lo mismo, Dios huelga. Esta conclusión, a la que llega el hombre renacen­ tista según Ortega, es debida a la nota positiva de la exaltación de lo humano que lleva a la negación de lo divino29. Junto con esta nota positiva advierte Ortega en el Renacimiento otra negativa, muy negativa. Como un desafío frente a eminentes in­ térpretes la enuncia en estos términos: «Eso que las generaciones in­ mediatamente anteriores a la mía —Burckhardt, Nietzsche, etc.— llama­ ban con entusiasmo "hombre del Renacimiento” , es, por lo pronto un hombre rebarbarizado. La guerra de los treinta años, que dejó por espacio de un siglo aniquilado el centro de Europa, fue el cauce donde vino a desembocar el rebrote de barbarie que se produce a principios 26. Historia como sistema, en Obras Completas, VI, 18. 27. En torno a Gctlileo. Lección VI, en Obras Completas, V, 69. 28. Vives, en Obras Completas, V, 493. 29. O. y /. c., 494.

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