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P r e s e n c ia d e S an F r a n c is c o de A s ís e n . 601 2. Santidad de Francisco: claves interpretativas Con esta base humana, ayudado por la gracia de Dios, Francisco realizó la obra de su santificación. A siete siglos de distancia, los mo dernos se han acercado a ella desde ópticas muy dispares. En todas ellas, sin embargo, aparecen categorías o conceptos claves comunes, merced a los cuales se interpreta y hace posible su visión. Sin ánimo exclusivista, destacamos tres: dos de índole metafísica y el otro perte neciente al campo de la fenomenología religiosa. a) Unidad y armonía En repetidas ocasiones, los biógrafos primeros de Francisco relatan la impresión de las personas que tomaban contacto con él: parecía un hombre de otro mundo. Pero, ¿de qué otro mundo? ¿E l escatológico o el de los inicios de la creación? Ambos parecen coincidir y entrecru zarse en el alma de Francisco. El de los inicios creacionales, como añoranza y punto de referencia ejemplar de la existencia cotidiana, después de la redención de Cristo. El escatológico, como bienaventu ranza final en que nos hemos de situar y cuyo advenimiento va a acaecer por la sola gracia y misericordia de Dios. La figura de Francisco aparece, así, rodeada de un halo original paradisíaco y de una vivencia esperanzada de reencuentro con la feli cidad eterna en una vida con Dios. Felicidad eterna que comienza ya aquí, en el tiempo 15. De este abrazo comprensivo existencial de pasado y de futuro en el ahora cotidiano emana la unidad y armonía que la persona del santo delata en su interioridad y en sus relaciones con el universo circundante. Creación y escatología unifican el presente fran ciscano. El modelo de hombre que Francisco reproduce en su vida, con los dones naturales que le fueron concedidos, es el creado «a imagen y semejanza divina», expulsado del Edén, pero renacido a la gracia por la muerte y sangre de Cristo. «Recuerda, oh hombre — dirá Francis co— , en cuán grande excelencia te ha constituido el Señor Dios, pues te creó y formó a imagen de su querido Hijo según el cuerpo y a 15 . J. Antonio Merino, o . c ., 302-318 propone estas mismas ideas desde la perspectiva de la utopía.
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