PS_NyG_1982v029n003p0521_05900410

R a íc e s y en to rno d e l a p e r s o n a l id a d . 529 Faltaba la «persona». Y la persona sólo se recupera haciendo inci­ dir nuestra visual sobre el punto eje del prisma constitucional, en el que el rayo de luz de la herencia tiene primordial importancia. Firme­ mente en cuanto clínico y patólogo, tímidamente aun como historia­ dor, Marañón comenzaba a adentrarse en el campo de la biografía biológica con su ensayo sobre Enrique IV de Castilla. Cuando en 1936 publique su ensayo sobre Olivares, la herencia del Valido de Felipe IV le llevará el primer capítulo de su biografía histórica sobre el Ministro, capítulo que Marañón coloca al principio del ensayo como criterio válido y legítimo de interpretación histórica. En posesión de un pensamiento hecho, apoyado en una tarea de largos y fecundos años, en 1956 afirmará: «Un genio es siempre el producto de una fuerza inicial, creada por la herencia, a la que tienen que sumarse las circunstancias del tiempo y del lugar para que aquella fuerza inicial fructifique y el fruto no se malo­ gre» I2. Y ha de ser así porque «...lo cierto es que cada ser humano hace en esta vida papeles distintos: los que le imponen las fuerzas ocultas que brotan del alma [intento poner de relieve cómo Marañón estima la herencia como una de estas fuerzas, a la que atribuye verdadero carácter constitucional] en combinación, ine­ xorablemente variada, con las reacciones del ambiente, las de los otros hombres y las cósmicas» 13. Pasemos ahora a examinar de cerca el segundo de los factores constitucionales señalados por Marañón: la diferencia sexual. A este epígrafe dedicaré mayor extensión que la que acabo de dedicar a la herencia, dada la importancia de los estudios marañonianos sobre la sexualidad. tarios, al libro La herencia fisiopatológica, de Jimena F. de la Vega, Madrid 1935. Ver I, 151-154. Subrayado mío. 12. Discurso de recepción en la Real Academia de Bellas Artes; en él disertó sobre El Toledo del Greco, II, 211. Subrayado mío. 13. Tiberio. Historia de un resentimeinto, V II, 14. Subrayado mío.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz