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R a íc e s y en to r n o d e la p e r s o n a l id a d . 527 1. La herencia Hemos citado ya el texto del ensayo sobre Enrique IV de Castilla, en el que Marañón afirma cómo la verdad biológica de los seres hu­ manos resalta por encima de enconos y servilismos en los episodios humanos, dejando al margen la trascendencia histórica de los mismos. Dándonos fe de esta verdad biológica que determina la constitu­ ción de los seres humanos, hemos señalado que Marañón pone como factor importante la herencia. Tratemos de jutificar esta afirmación. En Veinticinco años de la Medicina escribe Marañón: «...yo he dicho alguna vez, y ahora lo repito, que si me dieran a elegir, para conocer a un enfermo, entre los antecedentes y la exploración, yo elegiría aquellos; y prefiero un estudiante que recoge con inteligencia y minucia el pasado biológico del paciente recién venido a la consulta, que el que, sin más, se aplica a percutirle y auscultarle para definir su estado presente: como si la enfermedad acabase de caerle encima desde otro planeta. Cuando nos enseñaban a nosotros la exploración, dedicaban los maes­ tros largo espacio a la obtención de aquellos ruidos de las cavernas, de Wintrich, de Gerhardt, de la olla cascada, etc., etc. Hoy, el interés clíni­ co, que es interés social, se traslada tan hacia arriba, que la caverna ape­ nas nos entretiene, ni es problema el hallarla y mensurarla; nos interesa más la descendencia del tuberculoso que la enfermedad de éste, y más que perfilar su diagnóstico, nos ocupamos de vacunar a su hijo»8. He aquí una forma de enfrentarse con el enfermo a la que poco a poco llegó Marañón. La herencia es ese factor constitutivo del indi­ viduo que determina su situación sana o patológica. De cómo el mé­ dico español llegó a esta su posición frente al enfermo lo ha dicho ya Laín9, al describir el proceso que siguió el médico Marañón en su condición de patólogo. A mí me interesa poner de relieve el carácter «constitucional» que nuestro médico otorgó a la herencia biológica de los seres humanos. Tanto que fue este carácter «constitucional» que él atribuyó a la herencia, uno de los criterios de interpretación biográfica, con la que humanizó el dato biológico, mediante una perso­ nalización individualizante del mismo. Sin perder de vista los riesgos 8. III, 191-192. 9. I, 49-53. 4

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