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578 A dolfo G o n z á lez -M ontes Marañón hizo así de sus «ensayos» de biografía biológica magní­ ficas aplicaciones de su saber de investigación. Fue la vida la que le llevó al laboratorio y éste el que le retornaba siempre a la vida. Y porque el dato se interpreta, también se interpreta la vida. Y tras la interpretación, la abertura hacia futuras interpretaciones de nuevos y mejor analizados datos. Estas son las razones por las que los conceptos de la sexología del doctor Marañón no caen en la hipótesis irresponsable, que sin apoya­ tura empírica suele sustentarse en el vacío, pese a la genialidad del autor. Desde esta atalaya es desde la que Marañón vio en el sexo «un principio informador de la vida humana. Y no sólo como una deter­ minación de ésta al servicio de la conservación de la especie. El ins­ tinto sexual es en nuestra vida mucho más que la libido. No pocos de nuestros actos y sentimientos quedan fuera de la zona de influencia de la libido, mas no por ello permanecen ajenos a la acción extralibidi- nosa del instinto sexual. Tal es la intuición primaria y el marco con­ ceptual de las ideas de Marañón acerca del trabajo, del deporte, el vestido, etc.» 97. Y este ver en el sexo un dato primordial desde el que los seres humanos son condicionados de raíz, y por el que se ven lanzados a vivir su existencia desde cada una de las dos vertientes fundamentales del sexo (varonía y feminidad); este punto de vista de Marañón es el que, a mi juicio, ha situado el pensamiento del doctor español en un terreno perfectible, por certero. Marañón ha liberado al sexo de una comprensión unilateral, la que de él se hacía a partir de la genitalidad, y ha visto en esta realidad humana un elemento constitutivo del ser humano, un elemento que supera con mucho las funciones de la libido y de la conservación de la especie. Pero al mismo tiempo, este punto de vista ha llevado a Marañón, quizá por no haber dado la suficiente valoración a otros aspectos del análisis de lo real, a interpretaciones que necesitan de corrección y complementación. 2. ¿E l criterio "biológico” como canon de comprensión de lo humano? En los comienzos de este trabajo citaba yo aquellas palabras de Rostand recogidas por Chauchard, y en las que el biólogo francés pro­ pugnaba la elevación de la biología a virtud. Y a lo largo de las pá- 97. Laín, I, 55 - 5 6.

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