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R a íc e s y en to rno d e l a p e r s o n a l id a d . 561 Realizando esta labor de médico-historiador, acabó, como dice Laín, por convertirse en el historiador-médico. Porque, actuando así, Mara- ñón buscaba no sólo la mismidad de sus historiados, sino la mismidad del pueblo al que éstos y él pertenecían; y, en definitiva, buscaba su propia mismidad. Rof Carballo ha sabido poner de relieve este proceso de búsqueda de mismidad —búsqueda de hombre la llamó el propio Marañón— que el hombre lleva a cabo a través de las distintas crisis de identidad que todo ser humano experimenta en su vida. 3. Marañón y la biografía biológica Fue desde este género, literario e histórico tanto como médico, desde el que Marañón llevó a cabo sus mejores trabajos como médico- historiador. Y fue desde su competencia como biólogo desde la que Marañón saltó al campo de la Historia. Laín ha recogido aquel texto de Marañón, procedente de una con­ ferencia pronunciada hacia 1959, sobre la vocación, con el que el mé­ dico español intenta justificar sus «intromisiones» en campo ajeno: «Los médicos podíamos decir cómo han sido, en verdad, los hombres que hemos conocido... Lo que pasa es que no podemos contárselo a los demás. Por eso a veces, algunos médicos, como me pasa a mí, gustamos de escribir biografías de hombres pretéritos, que no son sino historias clínicas liberadas por el tiempo del secreto profesional»65. Marañón trató de aplicar sus conocimientos biológicos a la inter­ pretación clínica de sus historiados. Fue, sobre todo, desde aquel su saber de endocrinólogo, investigador e interpretador de la vida inquie­ ta de los sexos, circunscrita por la peculiaridad constitutiva de la heren­ cia, desde donde Marañón trató de iluminar la vida de algunos hom­ bres pretéritos. La «biología integral» que él propugnaba se convirtió en sus manos en instrumento útilísimo de saber histórico66. 65. Véase a este respecto: L aín , I, notas 2 y 81 del capítulo dedicado a la obra de Marañón; así como las páginas 71-73. 66. Esta «biología integral» —ya lo hemosdicho— incluye tanto lo somá­ tico como lo psíquico. He aquí este comentario de Laín Entralgo: «Marañón es un biólogo que nunca olvida la condición psíquica y personal de la existencia humana —esto es: un antropólogo— , y que con clara mente sinóptica, la mente luminosa y ordenadora de quienes ven entendiendo y entienden viendo, acierta a demostrar las líneas esenciales de la realidad que estudio» (I, 57).

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