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R aíces y e n t o r n o d e l a p e r s o n a l i d a d . 547 nes, sino del hecho inmodificable de haber nacido provistos de uno o del otro sexo; y al perder éste, perderíamos también estas características mor­ fológicas y funcionales, incluso las diversas aptitudes para la actuación so­ cial, sin necesidad de que el medio en que nos movemos se altere para nada... Ser hombres y ser mujeres en toda su plenitud. En esto debe es­ tribar fundamentalmente el progreso sexual de la Humanidad»43. I II .— E L E JE TEMPERAMENTAL DE LOS SERES HUMANOS 1. A la búsqueda del " vector temperamental” de los individuos Si bien es verdad que el problema cuerpo-alma-espíritu, tal coco afirma H. M eng44, está aún sin resolver, no lo es menos el que los viejos conceptos de psije y soma helénicos, portadores de un dualismo radical, han sufrido una transformación tal en el pensamiento mo­ derno 45, que hoy resulta del todo impropio atribuir unas u otras acciones del hombre a cada uno de los elementos que componen su ser, si es que se puede hablar así. En la entraña misma de cada acción humana lo psíquico y lo somático entretejen mutuas relaciones de causalidad común. Cada individuo es puesto en la existencia desde esa circunstancia fontal que forman la herencia y el sexo para el que se nace. El ser humano es puesto en la existencia camino de la varonía o de la femi­ nidad. Pero el camino que cada ser humano debe recorrer para reali­ zarse en fidelidad al propio sexo viene determinado por la herencia como un «apriori» constitutivo. Diríamos que este camino, que con­ duce hacia la específica diferenciación sexual, tiene instalados unos indicadores para el viador que no traspasan la frontera de la mismidad personal: revisten carácteres de herencia y son diferentes para cada viador, aunque la ciencia haya llegado a estandarizar tipos de indicado­ res que cataloguen los comportamientos humanos. Sexo y herencia dan a cada individuo un cuerpo y un espíritu por él determinado, sobre los que las circunstancias del tiempo y del lugar contribuirán a acelerar o a frenar la marcha del viador, incidiendo así 43. V III, 310. 44. Endocrinología psicosomàtica. Psique y hormonas, Madrid 1966. 45^ Entre los factores importantes en la base de esta transformación, hemos de señalar el retorno a la Biblia del pensamiento cristiano.

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