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R aíces y e n t o r n o d e l a p e r s o n a l i d a d .. 543 El carácter funcional más típico de la psicología masculina es la tendencia, dimanante de una aptitud radical cuya fuente es el sexo, hacia la actuación social. Esta tendencia hace que el hombre encuentre en el trabajo el lugar específico de su realización personal, así como en un especial cultivo de la inteligencia, actividad profundamente viril por creadora. Los incapaces para ejercer esta función social tienen una significación hipoviril. Suelen estos hombres de poco virilismo buscar algún otro sustitutivo del ejercicio específicamente masculino: tal como el diletantismo artístico, o bien, el deporte, el coleccionismo, la carre­ ra de escalafón, etc. Es la pereza esencial para la obra creadora la que caracteriza a estos hombres de significado hiporviril. Ante el miedo a la vida trasladan la gerencia de la sociedad a la mujer. El trabajo, escribe Gregorio Marañón, es, originaria y fundamentalmente, una función normal del organismo masculino, para el que se halla espe­ cíficamente dotado. Y es ésta una función tan normal, como lo son las funciones de digestión o copulación. Ahora bien, lo mismo que el ejercicio específico de la procreación es una función de «lujo», también lo es el trabajo, función discre­ cional y no obligatoria, ligada fundamentalmente a la difusión de la especie. El trabajo es, pues, para nuestro autor, un «verdadero carácter sexual» 3S. El hombre está dotado por naturaleza para resistir con tenacidad la fatiga corporal del trabajo físico: su estructura endocrina y nerviosa le hace menos sensible a los estímulos afectivos y más apto para la creación mental; masculinidad y trabajo se encuentran esencialmente vinculados, siendo el uno consecuencia de la otra. Marañón apunta decididamente su personal posición a favor de la tesis expuesta, no exenta de polémica, poniendo de relieve cómo en el hombre primitivo se encontraba ya esta función profundamente marcada: «Mientras la hembra gestaba [escribe], paría y lactaba, preparaba el varón las trampas para cazar las fieras peligrosas y los animales aptos pa­ ra la alimentación... Cumplía, pues, el hombre, al trabajar así, una fun­ ción aneja al sexo de carácter secundario en la categoría fisiológica, pe­ ro tan importante como la función primaria para el porvenir y la con­ servación de la especie»36. 35. Sexo, trabajo y deporte, III, 95-112. 36. III, 101. 5

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