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R a í c e s y e n t o r n o d e l a p e r s o n a l i d a d . 541 versión, si las condiciones exógenas la favorecen y potencian. Por todo lo cual: «bastantes hombres homosexuales, cuyo esqueleto, cuyo sistema piloso, cu­ ya voz, etc., etc., son, en el momento del examen, perfectamente varoni­ les, tuvieron una pubertad de desarrollo perezoso, feminoide; dato de inapreciable valor para juzgar la génesis de su perversión»31. El varón necesita de un correcto desarrollo de las etapas de dife­ renciación sexual. Todo estancamiento o regresión, todo avance pre­ maturo e incontrolado son pasos potenciadores de la inversión, si un sano ambiente no hace de medio salvador. Esto no quiere decir que todos los casos de estancamiento en el proceso de diferenciación, o de regresión, desemboquen en la homosexualidad, ni mucho menos. Como caso típico de virilidad no diferenciada en plenitud y no homo­ sexual, Marañón hace un estudio del donjuanismo, que ha sido muy discutido 32. Biológicamente, para Marañón, todos los homosexuales son iguales. Las diferencias surgen a la hora del examen clínico y social. Finalmente, recojo dos puntos importantes, a mi juicio, en el pen­ samiento de Marañón sobre la inversión de la libido, supuesta la gé­ nesis de especificación del objeto sexual normal. Helos aquí: 1) En el homosexual, dice el médico, puede ocurrir que la direc­ ción específica de la libido no se logre, quedando en un estado indi- ferenciado, verdaderamente análogo al que presenta la sexualidad de los niños. De este modo la sexualidad de los homosexuales no se pare­ ce tanto a la sexualidad femenina —tal como el vulgo y muchos cien­ tíficos creen— cuanto a esa sexualidad infantil, con tendencia polimorfa e indeterminación del objeto. 2) La libido femenina es normalmente pasiva, mientras que la homosexual no es sólo activa, sino que en muchas ocasiones lo es más que la del varón. Tiene como objeto el adolescente antes de su com- 31. Ibid, 32. A este respecto, ver los ensayos sobre el origen de la leyenda de Don Juan, recogidos en su libro Don Juan, donde Marañón enfoca el problema del donjuanismo desde diversos puntos de vista: mítico y legendario, así como su base biológica y su realización histórica. También los ensayos médico-históricos sobre Hnrtque IV y Amiel. Más adelante tendré ocasión de detenerme en este tema.

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