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540 A do lfo G o n z á l e z -M o n tes estado intersexual, por tanto, con peculiaridad de que el trasfondo fun cional es mucho más intenso que el anatómico» 29. Y, si esto es así, el homosexual, por sí mismo, no es punible. Frente a las teorías jurídicas y morales, que sólo ven en el homo sexualismo un pecado grave, un delito, en último término; o, frente a las teorías meramente psicológicas, la teoría marañoniana de la inter- sexualidad del ser homosexual afirma que ésta homosexualidad tiene una base orgánica. El homosexual no debe ser tratado normalmente como un delincuente. Es un anormal y, como tal, cae bajo la jurisdic ción del médico, según Leonidio Ribeiro, prologado por Marañón. Sin embargo, sobre el terreno de la homosexualidad puede surgir la de lincuencia. Pero aún así, dice Marañón, no puede olvidarse la raíz biológica de las culpas sociales del homosexual. Sería, sin embargo, un profundo error el considerar la perversión del instinto como una consecuencia directa y única de la intersexua- lidad. La intersexualidad es como una predisposición: sobre ella tie nen que actuar las causas exógenas. Con todo, esta intersexualidad que aparece en la base de las situaciones homosexuales es de mucha impor tancia. Marañón afirma: «De todas suertes, sin pretender dar cifras exactas, que en estos ca sos encubren, bajo la apariencia de rigor científico, una manifiesta false dad, puesto que el examen completo de los individuos homosexuales se logra en pocas ocasiones, podemos afirmar que, por lo menos dos tercios de los hombres homosexuales presentan signos físicos de intersexualidad. Para las mujeres homosexuales, esta proporción es, según todas las proba bilidades, mucho más reducida\ es decir, es mucho mayor el número de morfología normal con instinto invertido; lo cual explica por qué en ellas, esta inversión está más cercana de la fisiología que en el hombre» 30. Precisa Marañón que es del todo necesario, antes de juzgar, infor marse además de lo que ocurrió en la época puberal, en la cual con frecuencia se encuentran muchos estados pasajeros de intersexualidad de tipo feminoide en el varón, a favor de los cuales se elabora la per- 29. Los estados intersexuales de la especie humana, V III, 609. 30. V III, 614.
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