PS_NyG_1982v029n003p0521_05900410
R a í c e s y e n t o r n o d e l a p e r s o n a l i d a d . 539 tar ni un solo caso de inversión tardía que no pudiera explicarse por el simple recrudecimiento de una tendencia anterior o por una psicopatía bien establecida» 27. 3. La homosexualidad como estado intersexual2* Hasta no hace muchos años, afirmaba Marañón, la homosexualidad era vista como una perversión sexual monstruosa, digna de la pena de muerte. Hoy, supone un gran progreso científico, moral y social, admi tir la homosexualidad como un estado de intersexualidad, continuaba siempre Marañón cuando se refería a este tema. El hombre que busca a otro, decía también, o la mujer que busca a otra, son seres tan fieles a su instinto como aquellos que buscan a los del sexo contrario. El papel de la sociedad debe ser el de estudiar los orígenes profundos de la inversión del instinto para tratar de recti ficarlos. En modo alguno, castigar al homosexual, siempre que no sea escandaloso y atropellador de la moralidad, pues ningún escándalo de índole sexual es tolerable, sea normal o anormal el impulso que lo motiva. Así se expresó Marñón, siempre intentando la salvación de todo lo humano. Homosexualidad e intersexualidad .—La razón de la evolución del concepto de homosexualidad se debe, pues, afirmamos con nuestro autor, a los progresos de la ciencia y a una mayor humanización de los humanos —sirva la redundancia—, a la hora de situarse ante el otro e intentar comprenderlo. La homosexualidad es un «verdadero 27. L os estados intersexuales de la especie humana, V III, 653. Gto tam bién aquí un texto que encuentro importante: «Hablar de la psicología de la mujer climatérica equivale a hablar de toda la psicología de la mujer y en su momento de mayor agudeza y plenitud. El organismo femenino, intermedio en la evolución general de los sexos, no adquiere hasta tarde la madurez de sus resortes afectivos e intelectuales. Lo que hay de decadencia en su morfología se compensa sobradamente con la profunda diferenciación tardía de su alma» (El climaterio, V III, 105). 28. Además de la bibliografía que voy señalando, me sirvo, para la expo sición de este tema, del^ prólogo de Marañón al libro de L. R ib eir o , Homose xualidad y endocrinología, Río de Janeiro 1938. El prólogo lleva por título Mi concepto biológico de la homosexualidad, fechado en Madrid, a 10 de sep tiembre de 1936 (I, 169-178).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz