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342 J uan J o sé H . A lonso de los cuáqueros que colocaban en la misma balanza los valores de este mundo y la justicia infinita de Dios. Los cuáqueros admitían la teoría arminiana de la expiación y de la futura redención universal, en oposición radical a la doctrina protestante de la salvación de solo los elegidos desde la eternidad 165. Así se puede resumir, en nuestra opinión, la disputa de R. Williams con los cuáqueros y las razones que la explican coherentemente. Los historiadores no dudan en calificar este acontecimiento como un serio error en la vida del fundador de Rhode Island. Ciertamente ninguna idea de las expuestas en el debate añade absolutamente nada a la personalidad de este pensador religioso. La forma en la que se expre­ só evidencia, sin embargo, la debilidad de su fuerte y extraña con­ vicción. R. Williams aparece aquí, según es habitual en él, como un espíritu sensible que busca por todos los medios la posesión de la verdad. Es el «seeker» empedernido que, aun en el tramo final de su vida, expone con crudeza y valentía su pensamiento, un pensamiento que engarza con el anterior y cobra cohesión en su firme calvinismo. III LA LIBERTAD RELIGIOSA SEGUN ROGER WILLIAMS 1 . L a l i b e r t a d d e c o n c ie n c ia : un p r o b lem a El estudio del pensamiento de R. Williams sobre la libertad de conciencia así como sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, expuesto fundamentalmente en la obra titulada The Bloudy Tenent of Persecution, requiere una exposición introductoria para que se com­ prenda mejor la problemática que intentamos analizar. The Bloudy Tenent of Persecution, publicado el 15 de julio del año 1644, durante una de las visitas del autor a Inglaterra, aunque indirectamente referido, como otros de sus escritos, a los teólogos tanto Presbiterianos como Independientes de la Asamblea de West- minster, es un ataque claro y violento contra la oligarquía de Massa- chussetts. Aparece en una época en la que los escritos panfletarios, ya a favor ya en contra de Independientes y Presbiterianos, están a la orden del día y viene a alimentar los sentimientos y ansias de los sectarios que, preocupados por la tolerancia religiosa, se oponían fuer­ temente a la conformidad manifestada por los dos grupos de la Asam-

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