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L a t o le r a n c ia en e l pen sam ien to d e . 339 Pero, en realidad, detrás de todo este aparato externo se escondía una doctrina abiertamente en contradicción con el calvinismo rígido de R. Williams. Los cuáqueros creían que las Sagradas Escrituras fue­ ron escritas bajo la inspiración divina y que contenían la doctrina y principios fundamentales concernientes a la salvación del hombre, por lo que todo aquello que fuese contrario a sus contenidos debía ser rechazado e interpretado como erróneo. Aunque no se le diese el nombre de «palabra de Dios», por estimar que este epíteto solamente podía ser aplicado a Cristo Jesús, la Escritura era la norma objetiva, el juez en todas las controversias pertinentes a la fe cristiana. Con todo, su pensamiento difería notablemente del de R. Williams. Por­ que, mientras George Fox y sus colegas religiosos proclamaban la supremacía de la «luz interior» sobre la Escritura, afirmando que aqué­ lla era anterior a ésta y, por tanto, árbitro y superior en la interpreta­ ción de la doctrina cristiana 153, Williams defendía sin paliativos que las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, eran el reflejo de la mente de Dios 154. Dios era el inspirador de las mismas y sus escritos constituían para el protestante puritano la norma absoluta en su experiencia cristiana; más aun: sin su existencia, el hombre se encontraría perdido en el camino de su salvación 155. Las diferencias en la concepción e interpretación de la Escritura son, por tanto, notorias. Aparte de esto, la preparación sólida y escrupulosa de la que R. Williams podía presumir en teología y en escritura desde­ ñaba la ligereza e irreflexión de los cuáqueros que se acercaban a la exégesis bíblica a través de las traducciones inglesas más recientes por ignorar el hebreo y el griego, lenguas en las que «el Espíritu de Dios nos quiso manifestar originariamente su pensamiento y voluntad» 156. Tal ligereza la imputaba Williams a las pretensiones cuáqueras de nue­ vas tradiciones y revelaciones por las que eran esclavizados por el demonio 157. De todo ello, surgía en el cuaquerismo una interpretación de la Escritura, especialmente del libro del Apocalipsis, según la cual, y siempre a juicio de Williams, los escritos y profecías de la misma eran entendidos y valorados en categorías de pasado, con lo que, nue- 153. Id., o . c ., 49. 154. Id., o . c ., 63 155. Id., o . c ., 454. 156. Id., o . c ., 200. 157. Id., o . c „ 203.

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