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262 J uan J o s é H . A lonso Esta interpretación secular no hace justicia, opinamos, a los con­ tenidos de sus escritos. El análisis profundo de sus obras nos revela, según veremos más adelante, un perfil de un personaje inmerso en un proceso de aceleración histórica que pretende combatir una crisis tanto personal como social desde los principios inconmovibles de la teología calvinista. El talante de R. Williams e s primordialmente teo­ lógico y no político : también esto quedará demostrado más adelante. A nuestro juicio, la diferencia entre el fundador de Rhode Island y los máximos representantes de la teocracia de Nueva Inglaterra no estriba en aquellos cuatro puntos fundamentales que constituyen la acusación que se hace a este defensor de la libertad religiosa, sino en el método de leer e interpretar la Escritura que, en un protestante, equivale a decir su pensamiento teológico 13. Desde estos presupuestos, resulta inviable cualquier método de análisis que no parta del estudio serio de sus convencimientos teoló­ gicos. La consideración del tema de la tolerancia o libertad religiosa que ocupa nuestra investigación no puede, por tanto, interpretarse desde unos pronunciamientos de tipo religioso. Ni la filosofía natural, ni la política ni ciencia humana alguna fueron la preocupación funda­ mental en la vida de R. Williams. La Biblia no fue un arma cual­ quiera en la mente de un puritano fanático, sino la fuerza motriz de su pensamiento y de su acción. Por esta razón nos acercamos a la obra de este escritor sabiendo que G eorge Fox d igg’d ont of his Burrowes o The Hhreling Ministry none o f Christ’s son escritos abso­ lutamente imprescindibles para comprender coherente y totalmente su pensamiento, el pensamiento de un puritano, cuya preocupación básica es la religión. Las afirmaciones precedentes y el verdadero sentido de la perso­ nalidad de R. Williams comienza a esclarecerse con los datos que ofrecen de él biógrafos e historiadores. 13. Estas acusaciones son las siguientes: 1.a Roger Williams defendía que el derecho de las Colonias para la adquisición de las tierras no podía ser con­ cedido por un mero decreto real ya que los auténticos dueños eran los Indios y a ellos había de pagársele el valor de las mismas. 2.a Ningún empedernido podía ser obligado a orar ni a hacer juramento, en la opinión de Williams. 3.a Roger Williams exigía la separación de las Iglesias de la Bahía de Massa­ chusetts de la Iglesia de Inglaterra. 4.a Williams negaba la autoridad del Magis­ trado civil en asuntos concernientes a la «primera tabla», es decir, aqueUos incluidos en los cuatro primeros mandamientos de la ley divina.

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