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L a tolerancia en el pensamiento de . 333 cristo en la tierra no duda en calificarla de prostituta de Babilonia y corruptora de la verdadera religión, reprochando a los papistas sus prácticas extravagantes y farisaicas. En su búsqueda continua de la verdad, de la que se percata mediante el raciocinio y la discusión con otros grupos religiosos, recrimina a la comunidad no-separatista de la Bahía de Massachusetts por no romper definitivamente con la Iglesia Anglicana y no abrazarse a su separatismo, entendido éste como la única fe verdadera dentro del mundo protestante. El mismo termina con su afiliación a la Iglesia baptista al suscitarle escrúpulos acerca de la autoridad que respaldase su segundo bautismo. Con todo, estos hechos que se encuadran y se explican convenien­ temente en y desde la trayectoria religiosa de Roger Williams son desbordados por otro que, como su altercado con los cuáqueros 141, no sólo se entiende con mayor dificultad desde las premisas de una tolerancia predicada por Williams sino que incluso puede poner en duda el carácter liberal del predicador de la libertad en aquellas teo­ rías que entienden su personalidad desde una perspectiva exclusivamen­ te política y social. Ninguna secta, por heterodoxa que fuera su fe, fue objeto de ataque tan violento por parte de R. Williams como lo fueron los cuáqueros. Su diatriba contra ellos, a los que llamaba la secta maldita («the cursed sect»), utilizando el lenguaje más hiriente de la Escritura, parece estar en clara contradicción con el tono mode­ rado y respetuoso que caracterizó la controversia con Cotton y los responsables religiosos de la comunidad de Massachusetts. Y George Fox Digg’d Out of His Burrowes 142, una obra indudablemente reite­ rativa, deslavazada, pesada, aunque no exenta en ocasiones de bri­ llantez, que ha de interpretarse más como exponente de las creencias y frustraciones de Williams que como exposición detallada de la doc­ trina y praxis de los cuáqueros, tampoco parece corresponderse con 141. Esta secta religiosa recibe el nombre de «Cuáqueros» o «La Sociedad de Amigos». En el año 1827 se produjo en ella una escisión, formándose una nueva sociedad con el nombre de los Hicksitas, tomado de su fundador. Elias Hicks negaba la concepción milagrosa, la divinidad y la redención de Cristo así como la autenticidad y la autoridad divina de la Sagrada Escritura. 142. R. W il l ia m s , George Fox digg’d out of his Burrowes, Or an Offer of Disputation on fourteen Proposalts rnade this last Summer 1672 (so call’d) unto G. Fox then present on Rhode Island in New England, Boston 1676, en Narra - gansett Club Fublications, V, Providence 1872. La acritud de la diatriba de Roger Williams aparece ya en el sarcasmo del título de la obra ya que George Fox es el fundador del Cuaquerismo y Edward Burroughs, su colaborador.

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