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332 J uan J o s é H . A lon so En la controversia entre J. Cotton y R. Williams sobre la tole­ rancia que hemos expuesto en este apartado con el ánimo de ofrecer una visión lo más fiel posible del mundo puritano de la época, la Colonia de Nueva Inglaterra cerró los oídos a la argumentación de Williams y dio el beneplácito al defensor de su ortodoxia. La religión se había convertido para la Colonia en una necesidad social y la idea de una Providencia que se traducía en bienestar humano les resultaba casi connatural. La separación de la Iglesia oficial les parecía herético y la predicación de sus dirigentes espirituales desde J. Cotton hasta Cotton Mather — con las excepciones de Thomas Shepard y Thomas Hooker— se centraba más sobre el miedo a los castigos de este mun­ do que al de los tormentos del otro. Solamente con la decadencia de la religión, acompañada del incremento de la prosperidad, afloraron de nuevo a la superficie las ideas de R. Williams, esta vez hechas carne en Jonathan Edwards quien deseaba también una religión individual y una Iglesia desposeída de toda adherencia mundana. 4. L a i n s o l e n c i a d e l o s c u á q u e r o s 140 La vida y la acción de R. Williams están constantemente marcadas como hemos dicho en anteriores ocasiones y puede confirmarse en sus escritos, por la orientación al hecho religioso, buscado y asumido en un contexto de libertad. Religión y libertad son los dos polos sobre los que gira la personalidad del fundador de Rhode Island. Cuando uno de estos componentes de su pensamiento y acción o ambos á la vez parecen estar lesionados, R. Williams sale en su defensa criticando duramente a quienes se pronuncian contra ellos. Plenamente conven­ cido de que la religión católico-romana tipificaba la presencia del Anti- 140. En este tema pueden consultarse los siguientes autores: B. Adams, Emancipation of Massachusetts, Boston and New York 1887, 128-78; A. Bene*- zet, A Short Account of the people called Quakers; their Rise, Religious Prin­ ciples and Settlement in America, Philadelphia 1780, 9-19; I. Backus, A History of New England with particular Reference to the Denomination of Christians called Baptists, Newton (Mass.) 1871, 2.a ed., I, 245-70, 363-76; I. Sharpless, A Quaker Experiment in Government, Philadelphia 1898, 118-53; S. M. Reed, Church and State in Massachusetts 1691-1740, University of Illinois Urbana 1914, 86-147; R. P. H a llo w e ll , The Quaker Invasion of Massachusetts, 3.a ed., Bos­ ton 1884, 1-31, 32-55, 69-116, 117-32, 133-52; E. S. Morgan, Roger Williams. The Church and the State, New York 1967, 56-61; I. D. Rupp, Religious 'Denomi­ nations in the United States: their past History, present Condition, and Doctrines, Philadelphia 1861, 279-89; J. G a rre tt, Roger Williams, Witness beyond Chris­ tendom 1603-1683, London 1970, 210-39.

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