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L a t o l e r a n c i a e n e l p e n s a m ie n t o d e . 331 established, have no more power, nor for no longer time, then the civill power or people consenting and agreeing shall betrust them with. This is cleere not only in Reason, but in the experience of all comonweales, where the people are not deprived of their naturall freedome by the power of Tyrants» 136. La misma verdad se reproduce en otro pasaje de este mismo libro aunque desde perspectiva distinta: «The Church of Christ is the Ship, wherein the Prince (if a member, for otherwise the case is altred) is a passenger. In this ship the Officers and Governours such as are appointed by the Lord Jesus, they are the chiefe, and (in those respects) above the Prince himselfe, and are to bee obeyed and submitted to in their works and administrations, even before the Prince himselfe»137. Desde estas premisas doctrinales aparece coherente el pensamiento de R. Williams sobre la tolerancia. Desde su perspectiva de escepti­ cismo y de búsqueda religiosa es presumible suponer en él una men­ talidad abierta que considere la libertad como el don más sublime de Dios a la humanidad. Por otra parte, insistiendo en la separación entre Iglesia y Estado, utilizó repetidamente un argumento que reducía «ad absurdum» la postura de su adversario Cotton. Si los magistra­ dos, opina Williams, tienen jurisdicción incluso en el ámbito de la conciencia humana y éstos han de actuar en conformidad con su con­ ciencia, bien sea cristiana o pagana, recta o falsa, hay que concluir necesariamente que la conciencia del hombre está, al menos en alguna ocasión, sometida al juicio de magistrados perversos e infieles138. Además, la identificación entre Iglesia y Estado no sólo era innece­ saria para Williams sino que además perturbaría la paz del Estado y arruinaría la estabilidad de la Iglesia. Porque, ¿no estarían dispues­ tos a deponer y a matar a los magistrados aquellos que estuviesen en desacuerdo con ellos en cuestiones religiosas? Y, sometiendo la Igle­ sia al poder civil, siempre mayoritario, ¿no se lesionaría laesencia de la Iglesia, comunidad de elegidos, siempreen minoría? 139. 136. R. W il l ia m s , The Bloudy Tenent, 249-50 137. I d ., o . c ., 378. 138. Id ., o . c ., 206; The Bloody Tenent yet more Bloody, 67. 139. I d ., The Bloudy Tenent, 206, 250, 249, 72; The Bloody Tenent yet more Bloody, 75, 205.

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