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L a tolerancia en el pensamiento de . 313 multiplicaban ios «reviváis»; se trabajaba con los indios en busca de su conversión; se traducía la Biblia a sus lenguas, etc., etc. Y si que­ remos recordar nombres ilustres, distinguidos por su religiosidad, en­ contramos entre los magistrados civiles a Winthrop, gobernador de Massachusetts, a Bradford y Winslow, de Plymouth, a Eaton de New Haven y entre los pastores y predicadores a Cotton, Richard Mather, Wilson, Skelton, Higgison y Philips, de Massachusetts; a Hooker, de Conneticut; a Davenport, de New Haven; a Brewster, de Plymouth y a Roger Williams, predicador itinerante y gobernador de Provi- dence. Los años que siguen al 1660 hasta el 1720 están preñados de dificultades para las colonias. La de Massachusetts se vio envuelta, como sabemos, en guerras tribales, como la sostenida con los Poka- nokets, en las que se jugaba su permanencia en tierras americanas, además de las agrias disputas que hubo de mantener con el gobierno de Inglaterra para defender sus derechos como colonia. A esto hay que añadir la disensión interna entre los habitantes, agitados por pro­ blemas meramente locales, entre lo que se encontraba la práctica de la brujería. Esta serie de dificultades, a las que hay que sumar otras de orden internacional —las relaciones de Inglaterra con Francia o España repercutían en las colonias— económico o religioso, como la propensión a una unión cada vez más estrecha entre la Iglesia y el Estado, condujeron indudablemente a un ocaso de la religiosidad po­ pular, muy mermada y herida si se le compara con la de los años precedentes. La religión y la moral perdieron vitalidad, en general. Y aunque nunca faltaron hombres eminentes, como Increase y Cotton Mather, o Norton y otros en Massachusetts, no podían equipararse ni en número ni en cualidades a los que hemos citado anteriormente91. Esta apreciación global de la religiosidad de las colonias que ter­ minamos de ofrecer se desglosa en una serie de características que, a nuestro juicio, resumen el espíritu doctrinal y moral de las mismas. Son las siguientes: Una constante que hemos de tener presente en la valoración de la religiosidad de las colonias de Nueva Inglaterra es la continuidad que 91. Los conocimientos de Cotton Mather son realmente sorprendentes para la época en que vivió. Entre sus innumerables y variadas publicaciones —se aproximan a las 400— destaca su famosa Magnolia o Historia Eclesiástica de Nueva Inglaterra. Su fama se vio, no obstante, disminuida por su excesiva cre­ dulidad y pedantería, a veces de mal gusto. 5

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