PS_NyG_1982v029n002p0255_04110410
L a t o l e r a n c i a e n e l p e n s a m ie n t o d e . 309 trante de la naturaleza llegó a proporcionarles un dominio inaudito de elementos que, como el viento, manipulaban para causar la des trucción y la muerte de sus enemigos. Un pueblo como éste, habituado al contacto con la naturaleza y conocedor de la fuerza de la misma, no es extraño que, en sus creen cias religiosas, diese cabida a una variedad ilimitada de divinidades. El sol, la luna, el fuego, el trueno, etc., son dioses a los que los indios rinden homenaje. Tales dioses poseen y gobiernan los destinos de las naciones del mundo. Sin embargo, por encima de todas estas divini dades, adoran a Kiehtan o Kichtan88, que habitaba en las regiones del sudoeste de los cielos. Kiehtan es un dios bondadoso, todopodero so, invisible hacedor del mundo y de todo lo que en él se contiene, incluso del hombre y de la mujer, sacados originariamente de una piedra, siendo más tarde destruidos, para ser de nuevo hechos de un árbol, cuyos descendientes pueblan la faz de la tierra. Hobbamock, que corresponde a lo que la tradición judeo-cristiana llama el poder del mal o el demonio, es otra de las divinidades más respetadas y veneradas por los indios. Aparece en las más variadas formas, la de hombre, ciervo, águila, etc., aunque la más común sea la de serpiente y su poder se ejerce fundamentalmente en casos de enfermedad y catástrofe, por lo que el pueblo recurre a él con gran terror por medio de sacrificios expiatorios presentados por los sacer dotes. Los powaws o sacerdotes son hombres ambiciosos y crueles, domi nantes y de gran prestigio ante el pueblo, que les presta reverencia por creerlos en contacto con la divinidad y capaces de proporcionar la felicidad o la desgracia a las familias a través de sus ritos, a no ser que Kiehtan se interponga en su camino. Su poder consiste primordial mente en la invocación de Hobbamock quien, a su merced, escucha o desatiende las peticiones de los hombres89. Los sacrificios que organi zan en casas espaciosas, que semejan a nuestros templos, están con curridos en las grandes solemnidades y en ellos se ofrecen hachas, pieles, terneras, etc., que se arrojan a un gran fuego con objeto de aplacar a la divinidad. Los más generosos en el ofrecimiento para el sacrificio —se considera que eran los de Narragansett, la actual Rhode 88. Parece ser que el significado del término Kiehtan hace referencia a la antigüedad. 89. Relatos acerca de este poder y de los sacrificios realizados pueden verse en: D. N e a l , o . c ., 37-40.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz