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298 J uan J o s é H . A lon so parte, pretendía ser el guía religioso y moral de todo el mundo mien­ tras que, por otra, albergaba en su interior signos claros de impiedad y de corrupción. El optimismo sustentado en el reinado de Isabel I se hacía prácticamente inviable en tiempos de Jacobo I. La filosofía de la historia, defendida con entusiasmo y vehemencia por amplios sectores del pueblo inglés, debía de ser abandonada por otra más realista y más científica. R. Williams así lo hizo y a pesar de que creyó en el sueño profundo de la Iglesia, durante el cual la actividad satánica se hizo más intensa75, no cedió a opiniones extremadamente ingenuas que pregonaban, entre otras cosas, la inminencia de la paru- sía (venida final en majestad) de Cristo y el liderazgo de Inglaterra en la época milenaria. Su visión histórica y sus conocimientos escritu­ rísticos escapaban así, una vez más, a las opiniones comunes de la época. Junto a la condición de su pertenencia al pueblo inglés, en R. Williams es obligado valorar su carácter puritano, probablemente buscado y asimilado durante su estancia en la Universidad de Cam­ bridge, o tal vez heredado con anterioridad a sus estudios universita­ rios. A decir verdad, no importa en absoluto determinar la fecha de su primera experiencia puritana cuando sabemos por investigaciones recientes que, en la primera cuarta parte del siglo xvn, apenas si existía tal cosa como la que entendemos hoy por puritanismo al darse una coincidencia práctica entre las ideas y actitudes atribuidas al puri­ tanismo y las mantenidas por los protestantes ingleses76. El purita­ nismo, en sus orígenes, no fue más que una modalidad, tanto teórica como práctica, del protestantismo, entendido y vivido a la inglesa. No obstante este juicio de valor sobre el puritanismo y afirmando a la par que, en múltiples ocasiones, las diferencias de grado entre las distintas confesiones cristianas cobran, a la luz de los siglos, una rele­ vancia extraordinaria, digna de tenerse en consideración, nos acerca­ mos al hecho histórico con el fin de entender en su plenitud, desde esta perspectiva, la auténtica personalidad de Roger Williams. 75. R. W illiam s, The Bloudy Tenent of Persecution, en The Complete Wri- tings of Roger Williams, III, New York 1963, 184; ID., The Bloody Tenent Yet More Bloody, en The Complete Writings of Roger Williams, IV, New York 1963, 384, 442. 76. Cf. H. C h a r le s - K. G e o rg e , The Protestant Mind of the English Refor­ maron, 1570^1640, Princeton 1961. Opinión contraria defiende J. F. H. N ew , Anglican and Puritan: The Basis of Their Opposition, 1558-1640, Stanford (Ca­ lifornia) 1964.

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